Al menos 19 personas han muerto este lunes tras el bombardeo a un hospital apoyado por la oenegé Médicos Sin Fronteras (MSF) en los alrededores de Marat Al Numan, en el noroeste de Siria. Según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), el centro sanitario “ha sido enteramente destruido por aviones probablemente rusos”. La fuente ha asegurado que hay decenas de heridos.

Por su parte, MSF ha confirmado el ataque contra las instalaciones. “Condenamos este nuevo ataque contra una estructura médica, que además parece haber sido deliberadamente dirigido contra la misma”, ha señalado el coordinador general de MSF en Siria, Massimiliano Rebaudengo. “La destrucción de este hospital privado deja sin servicios médicos a unas 40.000 personas que viven en una zona de conflicto abierto”, ha añadido.

Según la organización humanitaria, “el hospital recibió al menos dos ataques en el intervalo de unos pocos minutos, en los que fue alcanzado por cuatro cohetes”. Las imágenes disponibles muestran un centro sanitario destrozado y al menos 8 de los 54 empleados del hospital están desaparecidos. Cuatro de los muertos por los bombardeos son niños.

MSF corría con los gastos del funcionamientos del hospital, al que suministraba equipos médicos desde septiembre del 2015. El centro contaba con 30 camas, dos quirófanos, una clínica y un servicio de urgencias.

Los ataques contra clínicas y hospitales son cada vez más habituales en la compleja guerra de Siria. El director de un hospital privado enAlepo, Hamzed Khatib, relata a este diario cómo el centro que dirige ha sido objetivo directo de las bombas en dos ocasiones. “Una treintena de hospitales han sido atacados por la aviación rusa”, denuncia Khatib.

APOYO RUSO

Los aviones rusos apoyan al Ejército del presidente sirio, Bashar el Asad, ahora mismo centrado en recuperar la segunda ciudad del país, Alepo. La campaña aérea realizada por Moscú está permitiendo un avance del régimen de Asad, que hasta la entrada de los rusos en acción, a finales del pasado mes de septiembre, retrocedían posiciones de continuo.

No obstante, la disparidad de aspiraciones de los numerosos actores del conflicto y sus respectivos aliados internacionales complican una guerra que el mes que viene cumplirá cinco años y que ha arrojado varios millones de refugiados por todo el mundo.