El ministro de Exteriores, UE y Cooperación en funciones, Josep Borrell, considera «enorme» la violencia registrada en Cataluña tras conocerse la sentencia del procés y sostiene que la catalana «es una sociedad profundamente dividida». «No ha habido un poco de violencia, ha habido una violencia enorme. Y el mayor número de heridos han sido policías, es algo muy grave», aseguró ayer en una entrevista con la televisión pública francesa France 24.

Borrell, que rindió un homenaje a las fuerzas del orden, aseguró que los mandos policiales consideran que es la situación «más violenta que ha vivido el país desde los años 80». Agregó que los partidarios de la independencia de Cataluña «nunca han tenido más del 47%» de los votos y les acusó de estar radicalizándose, alentados por el presidente de la Generalitat, Quim Torra.

También consideró que los partidos de la derecha están pidiendo al Gobierno que actúe con más dureza por motivos electorales y lamentó que «los extremos se alimentan». «El Gobierno en funciones que preside Pedro Sánchez mantiene una actitud firme pero proporcional. Vamos a utilizar la Policía y todos los recursos del Estado de derecho, pero no vamos a caer en la tentación de responder de forma desproporcionada a eventos graves, condenables», indicó.

En cuanto a las elecciones del domingo, Borrell reveló que Sánchez ya ha descartado una alianza con el Partido Popular y que volverá a buscar el apoyo de las fuerzas de izquierda como ya hizo tras la anterior cita electoral.

El futuro representante de la política exterior de la Unión Europa aseguró que el principal problema al que se enfrentará en su nueva función es «la falta de unidad, los puntos de vista diferentes de los estados miembros».

Pero advirtió que si los independentistas pretenden que las protestas y la violencia atraigan la atención internacional sobre Cataluña está claro que lo consiguen, pero no cree que eso «beneficie a la causa independentista». Fue la presidenta de la Asamblea Nacional Catalana, Elisenda Paluzie, quien afirmó la semana pasada que la violencia hacía «visible el conflicto» en el mundo.

Borrell también trató de explicar el proceso independentista preguntando qué ocurriría si un Consejo Regional Francés --Alsacia, Bretaña o Córcega, dijo-- decidiesen que la Constitución francesa ya no se aplica en su territorio, desobedeciese al Constitucional, convocase un referéndum declarado ilegal con dinero público y cuestionase a su propia policía y alentase movilizaciones contra una sentencia.