Cuando Ciudadanos pactó con el PSOE apoyar que Pedro Sánchez pudiera encabezar un Ejecutivo, Albert Rivera dio unultimátum a los socialistas. O aceptaban acometer una reforma exprés de la Constitución y a suprimir las diputaciones o se levantaban de la mesa. En aquella ocasión la jugada les salió bien y el líder socialista aceptó sus peticiones. Quizá por ello C's repitió este jueves la misma estrategia. Dio un plazo de 48 horas a Mariano Rajoy para que acepte dotar de recursos económicos un paquete de ayudas y admita reformas institucionales de calado: acabar con las mencionadas diputaciones, el Senado y reformar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) para garantizar su independencia.

Si el sábado no hay un acuerdo, se levantarán de la mesa. Así lo avisó el portavoz naranja, Juan Carlos Girauta, el encargado esta vez de escenificar el ultimátum (palabra que evitó), por eso de que ahora buscan un acuerdo solo de investidura y con Sánchez aceptaron un acuerdo de gobierno, lo que mereció la intervención del propio Rivera.