Dos años después de aquella inédita repetición de las elecciones generales ante la imposibilidad de investir a un presidente del Gobierno, España se adentra ahora en otra dimensión desconocida. Esta es la primera vez en la historia de la democracia que una moción de censura tumbará a un jefe del Ejecutivo, un hecho que abre bastantes interrogantes.

¿CUÁL ES EL SIGUIENTE PASO?

Si no hay sorpresas y este viernes se aprueba la moción de censura, de acuerdo con el artículo 114.2 de la Constitución, el Gobierno de Mariano Rajoy deberá presentar su dimisión al Rey, quien nombrará nuevo presidente a Pedro Sánchez. El cese del actual Gabinete es automático y no se requiere un nuevo debate de investidura, por lo que la toma de posesión del líder del PSOE tendría lugar en cuanto su nombramiento sea publicado en el 'BOE'. A continuación, Sánchez deberá anunciar el nombre de los ministros de su Ejecutivo, que será monocolor. Hasta que estos juren o prometan el cargo ante el Rey, las carteras permanecerán en funciones en manos de los ministros del PP.

¿CUÁL ES EL PLAN DE GOBIERNO?

Según lo que ha expuesto durante el debate de la moción de censura, Sánchez se propone "recuperar la normalidad política e institucional, regenerar la vida democrática y atender las urgencias sociales". Traducidos estos objetivos en medidas concretas, como avanzó EL PERIÓDICO, el nuevo presidente planea recuperar las leyes vetadas por Mariano Rajoy, derogar las partes más lesivas de la 'ley mordaza', devolver a los extranjeros que viven en España la atención sanitaria, ampliar las becas, tomar medidas para garantizar la independencia de RTVE, aprobar una ley de igualdad salarial y elevar las pensiones. Respecto al laberinto catalán, Sánchez no ha concretado nada más allá de que quieren "crear las condiciones" para dialogar con el nuevo Govern de Quim Torra, pese a haberle comparado no hace mucho con Le Pen por su "racismo".

¿QUÉ PASA CON LOS PRESUPUESTOS?

En un decisivo guiño al PNV, Sánchez ha dejado claro que no tocará ni una coma de los recién aprobados Presupuestos del 2018 a pesar de que el PSOE votó en contra de esas cuentas. Era una de las condiciones que para tumbar a Rajoy le ponía el PNV, que logró en la negociación presupuestaria 540 millones de euros en inversiones para Euskadi y el blindaje del millonario cupo vasco. Lo que sí deberá afrontar el líder socialista en los próximos meses es la confección de las cuentas del 2019, lo que supondrá un encaje de bolillos aún mayor que para Rajoy al tener 52 escaños menos que el PP.

Pero en caso de mayúsculo enredo, siempre tendrá la posibilidad de prorrogar los Presupuestos de este año para lograr oxígeno hasta las elecciones. Y en principio, Sánchez también se ha comprometido a abordar otro rompecabezas: la siempre compleja reforma del sistema de financiación autonómica. Este frente será doblemente endiablado para el nuevo presidente porque deberá lidiar con los barones críticos del PSOE, que hasta ahora le han dado una tregua, e intentar complacer a la vez a las autonomías del PP y al nuevo Govern de JxCat y ERC.

¿CON QUÉ ESTABILIDAD PODRÁ GOBERNAR?

La gobernabilidad de España puede complicarse sobremanera porque Sánchez parte con el voto garantizado de solo 85 diputados de 350. Para llegar hasta los 176 de la mayoría absoluta necesitará prácticamente siempre el apoyo de Unidos Podemos, un aval que muchas veces puede ser incompatible con el de Ciudadanos. Sí le puede servir para derogar buena parte de la obra de gobierno de Rajoy, pero impulsar nuevas leyes sociales y económicas le obligará a conciliar las visiones ideológicas abiertamente contrapuestas de Pablo Iglesias y Albert Rivera.

En cuanto a la fórmula que le ha llevado al poder, esto es, ayudarse de los independentistas catalanes y el PNV, tampoco le resultará sencilla de repetir cuando se trate de cuestiones relacionadas con el 'procés'. Este será a buen seguro el principal flanco por el que atacará el PP para hacerle perder una votación tras otra al nuevo presidente. De la carpeta catalana ha logrado soltar el lastre del 155, que se levantará este próximo fin de semana, en cuanto tomen posesión del cargo los nuevos 'consellers' de Quim Torra.

¿QUÉ PASARÁ CON RAJOY?

El futuro del presidente depuesto es una incógnita. Su propósito es continuar como jefe de la oposición y líder del PP, pero es evidente que la derrota en la moción de censura abrirá en el partido un profundo debate interno sobre la estrategia a seguir a partir de ahora. Un debate sobre el que impactarán nuevas convulsiones judiciales (la sentencia sobre la financiación irregular del PP valenciano es inminente y más adelante irán goteando los juicios de 'Púnica', 'Lezo' y el resto de tentáculos de 'Gürtel') y la necesidad de recuperar fuelle durante el año que queda para las elecciones municipales y autonómicas del 2019.

¿CUÁNDO SERÁN LAS ELECCIONES?

Sánchez se ha guardado mucho de comprometerse con una fecha electoral. Solo ha aclarado que su Gobierno tiene intención de convocarlas antes de cuando debería expirar la legislatura, en el 2020, y que está dispuesto a consensuar la fecha en su momento con las fuerzas que le han ayudado a censurar a Rajoy. No obstante, al PSOE le interesa alejar los comicios al menos hasta el año que viene para intentar remontar, aunque las trabas con las que se tope Sánchez en su tarea de gobierno pueden condicionar sus pasos.

La demoscopia vaticina ahora mismo un éxito electoral de Ciudadanos que espanta a la mayoría de partidos, y esas mismas encuestas sitúan a los socialistas en cotas todavía peores que las actuales. Si las expectativas del PSOE acompañasen, hay una fecha tentadora en el horizonte: el 26 de mayo del 2019. A la triple cita electoral de ese día (europeas, municipales y autonómicas en 13 comunidades) podría sumarse una cuarta: las generales. El tirón de muchos barones regionales y locales socialistas y la falta de arraigo territorial de Ciudadanos podrían favorecer los intereses de Sánchez.