Va a estar muy interesante la campaña electoral. La británica. Habrá elecciones en el Reino Unido (qué envidia poder llamar así a un país) el 12 de diciembre. El brexit está generando todo un género literario. Hasta Ian Mcewan se ha metido en el asunto y ha dado a imprenta una novela en la que una especie de Boris Johnson despierta convertido en un insecto gigante. Glub. Cómo no va a pasar de Europa un pueblo acostumbrado a pasarse cuatro pueblos. A ver cuándo aquí convertimos a nuestros dirigentes en protagonistas de novelas y no solamente de encuestas, chismes o titulares. Urge un novelón sobre la épica vital y política de Sánchez, cuya metamorfosis no iría de guapo a insecto y sí de outsider que recorre España en su automóvil (¿un escarabajo?) a inquilino de la Moncloa, lugar hechizado en el que todo el que habita es más esbelto y apolíneo, ganando en elocuencia y telegenia. A la Moncloa le pasa lo que al centro y los barrios de nuestras ciudades: se encarece el alquiler. Cada vez es más difícil permanecer unos años allí. Apenas pagan las primeras cuotas de alquiler, convocan elecciones. Sánchez ha diseñado una campaña de cercanía, nadie sabe lo que es esto, bueno sí, que lo van a dejar suelto algunos ratitos por las calles, qué niño más mono, señora cómo está y en ese plan. Y nosotros lo repetimos porque queda bien, campaña de cercanía, no vas a decir campaña de lejanías. «Un ser de lejanías», sí. Un ser de lejanías es un libro de Umbral. He venido aquí a hablar de su libro. Poco.

La situación política

Fue un híbrido de diario, memorias y ensayos del que a mí particularmente me interesó mucho una escena o capítulo, pasaje, en el que creo recordar que se hincha no sé si de comer o beber con Cela, que a saber lo que habría dicho de semejante tesitura electoral en la que estamos. Ya puestos: que pensaría Lerroux de todo esto. Esto es la situación política, la precampaña, la víspera de unas elecciones que esta noche estrena campaña oficial. La tendencia es que el PSOE es el favorito por ser percibido como partido que representa la centralidad. El alejamiento de los extremos. Asciende el PP de Casado, al que le sienta bien la moderación, cae Ciudadanos y Vox se dispara, si bien las metáforas las carga el diablo y no conviene utilizar en una misma frase las armas y ciertas siglas. El errejonismo se queja de que en algunas encuestas no se pregunta por ellos. No se sabe si Más País está llamado a mayores designios o solo a ser una mosca errejonera para Pablo Iglesias. Sube ligeramente, que no con ligereza, Unidas Podemos. La CUP podría obtener escaño. A mí particularmente también me encantaría que lo lograra Teruel Existe, que como Soria y otras provincias patrias están despobladas, abandonadas, huérfanas de inversiones y autovías y dejadas de la mano de Dios Sánchez, lo mismo que estuvieron dejadas de la mano de Dios Rajoy, Zapatero, etc. etc. Un etcétera que podría llegar hasta Cánovas y Sagasta como mínimo.

Ante estas elecciones del 10-N todo el mundo se hace dos preguntas para ese día: donde va a ir a tomar el aperitivo y cómo de grande será el batacazo de Ciudadanos. Que sin embargo, ante su peor resultado podría conseguir su gran logro: gobernar. Con el PSOE. La mejor dieta para un político es comerse sus palabras, nos tenía dicho Churchill. Si Rivera se come las suyas a lo mejor engorda algo pero igual se convierte en vicepresidente de Sánchez. O no. Están cerca las elecciones pero el resultado es como un asunto de lejanías.