Carles Puigdemont Casamajó ya es el 130º presidente de la Generalitat. El Parlament lo ha ungido con los 62 votos a favor deJunts pel Sí y 8 de la CUP, que ha marcado una tímida diferencia guardándose la abstención de dos diputados, Gabriela Serra yJosep Manel Busqueta. Nota para los amantes de la épica: la elección ha sido en domingo, el mismo día de la semana en que la Cámara catalana designó para el cargo a Lluís Companys, el 31 de diciembre de 1933.

En un inédito debate de investidura, por celebrarse a pocas horas de que expirara el plazo legal y porque el candidato no era tal apenas un día antes, el sustituto de Artur Mas se ha postulado con el programa de gobierno que propuso su antecesor el 9 de noviembre y en el que sitúa la independencia como única salida para lograr una Catalunya rica, plena y justa, tanto nacional como socialmente. Nada más ser investido, sus primeras palabras han incluido un "Visca Catalunya lliure!". El centenar de soberanistas congregados a las puertas de un Parlament que ha vuelto a colgar el cartel de completo en cuanto a atención mediática se lo han agradecido con ovaciones.

Ni un paso atrás. Todo lo contrario. La intención de Puigdemont es empezar a aplicar la declaración de ruptura del 9-N e intentar pactar desde ya la desconexión de España tanto con elGobierno central como con la UE. "Ese camino ya no podemos dejar de recorrerlo", ha proclamado. "No son épocas para cobardes", ha advertido. Su compromiso es el mismo que el Barça usó como lema para remontar en el partido de vuelta las semifinales de laChampions del 2010: "Nos dejaremos la piel". Aquella eliminatoria la acabó perdiendo el equipo azulgrana en el Camp Nou contra un Inter de Milán entrenado por José Mourinho, pero esto es política y no fútbol, y el flamante 'president' ha prometido que culminará el viaje a Ítaca "con éxito" ahora que inicia "el último tramo, el más complejo".

El mantra de que sin un Estado propio no hay progreso lo ha empleado Puigdemont una y otra vez en una intervención en que ha intentado marcar un perfil escorado a la izquierda para ampliar la base soberanista y que ha iniciado con loas a su antecesor y algún toque de atención a la CUP por poner en riesgo el proceso soberanista. "Todos sabíamos que entrábamos en una etapa inédita sin manual de instrucciones", ha avisado.

Tenían prisa. La investidura corría el riesgo de convertirse en calabaza si no se votaba antes de medianoche. A las tres de la tarde, la presidenta de la Cámara, Carme Forcadell, ha firmado la resolución en la que proponía a Puigdemont como presidenciable. A las cuatro se ha reunido la junta de portavoces para convocar elpleno y a las 17.05 horas ha comenzado la sesión después de un minuto de aplausos que la bancada de Junts pel Sí ha dedicado a Mas a modo de homenaje por su paso atrás. El discurso de Puigdemont ha durado 48 minutos, la mitad de los que empleó Mas en su intento fallido.