La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, ha decidido finalmente expropiar la casa de Vallecas inmortalizada por el fotógrafo Robert Capa durante la Guerra Civil (Peironcely, 10) y realojar a los actuales inquilinos, tal y como ha confirmado el delegado de Desarrollo Urbano Sostenible, José Manuel Calvo, en la comisión del ramo del Ayuntamiento de Madrid. La casa es todo un símbolo de la memoria histórica que su dueño iba a derruir. Ahora será patrimonio municipal.

Manuel Calvo matizó de esta manera las palabras dichas el día de antes por Marta Higueras, presidenta de la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo (EMVS), que había apuntado en comisión que las viviendas en las que viven trece familias de Peironcely 10 no entraban dentro de la categoría de emergencia social y únicamente se tramitarían los realojos si llegara a producirse una expropiación.

El expediente de planeamiento correspondiente al cambio de calificación por una modificación puntual que implica la expropiación se inició con fecha de 20 de septiembre. Y el consistorio espera tener la aprobación inicial antes de fin de año. Calvo explicó que la Junta Municipal de Puente de Vallecas consiguió paralizar la licencia de demolición por un defecto de forma porque faltaba documentación. Y que el siguiente paso fue la denegación de la licencia después de que el propietario de dicho inmueble afirmara que entendía que se le otorgaría tras una serie de meses por silencio administrativo.

«La Junta tomó esa decisión para que no se derribara», apuntó. «Estamos comprometidos a proteger el edificio, de mano del PSOE», insistió, después de que la socialista Mar Espinar llevara Peironcely 10 a la comisión de Equidad dando a conocer la situación de algunos de sus vecinos y defendiendo que el Ayuntamiento podría dar respuesta a estos inquilinos incluyendo su situación en el marco de la emergencia social de la vivienda, lo que supondría garantizarles una alternativa habitacional. Las condiciones de estas viviendas no son salubles, pero se encuentran en alquiler privado por parte del propietario del inmueble. Ahora, con la expropiación, el ayuntamiento se compromete al realojo.

El número 10 de la calle Peironcely quedó parcialmente destruido por los ataques de la guerra civil y su fachada fue acribillada por la metralla. Robert Capa la fotografió con unos niños jugando en la fachada y se convirtió en en símbolo contra la barbarie. En julio pasado, fue declarada patrimonio protegido.