Pablo Casado llevaba semanas avisando de que su grupo parlamentario no apoyaría más prórrogas del estado de alarma. Los 88 diputados populares avalaron las tres primeras ampliaciones y se abstuvieron en la cuarta. Sin embargo, este miércoles, el líder de los populares consumó su amenaza y votó en contra de mantener 15 días más en vigor la medida extraordinaria. La razón que esgrimió el presidente del PP fue clara, sería una "irresponsabilidad" avalar un estado de alarma que supone "un agujero negro para las libertades personales".

El rechazo de los conservadores se sumó al de Vox, JxCat, ERC, la CUP, Compromís y Foro Asturias. Casado aprovechó el distanciamiento de algunos de estos partidos que hace unos meses apoyaron la investidura de Sánchez para acusar la soledad de Sánchez. "Cada vez más solo, más aislado y débil", le espetó el jefe popular al presidente del Ejecutivo tras lamentar que actúe "como pollo sin cabeza cambiando de socios y de estrategia".

CRÍTICA A LA GESTIÓN

Justamente, en los apoyos fue donde Casado quiso centrar sus ataques. Criticó que desde la Moncloa hayan convertido la votación de la alarma en una "una subasta con los separatistas y proetarras". "Nosotros no usamos a ETA" sentenció tras afear a los socialistas que hicieran "ojitos" a Bildu después de que la formación vasca anunciara su abstención. En la misma línea, insistió en que "los que buscan la destrucción de España tienen claro que Sánchez siempre da más".

El presidente del PP también puso en el punto de mira la gestión de la crisis del coronavirus. Según dijo, el líder de los socialistas es "la cara del fracaso" por no haber llegado a tiempo. "Mirando a los ojos a las casi 28.000 familias que han perdido un ser querido () ¿mirando a los ojos a esas personas les diría que su Gobierno ha gestionado bien esta crisis?", le cuestionó. Las duras palabras de Casado llevaron a Sánchez a acusar al líder de la oposición de haber dimitido de su responsabilidad de Estado.

DESAFÍO

"El matonismo político". Así describió Santiago Abascal el proceder del Gobierno por amenazar con la suspensión de los ERTE si decaía el estado de alarma. Una medida excepcional contra la que Vox presentó un recurso ante el Tribunal Constitucional, que ayer Abascal instó a que se resuelva de manera urgente. El dirigente de extrema derecha apuntó que la cuestión de inconstitucionalidad registrada es "probablemente la más importante planteada desde 1978".

Abascal también quiso llevar al debate en el Congreso las manifestaciones de la última semana y media en distintos punto del país contra el Gobierno. "Aquí un español que también está animando e instigando esas protestas, ¿qué va a hacer?", desafió al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, tras denunciar que la policía está identificando a las personas que portan banderas por las calles. Una realidad que el ministro ya negó el pasado martes. Además, desde la tribuna de la Cámara baja, Abascal instó a participar en las manifestaciones en coche que ha convocado Vox en toda España el sábado.