El líder del PP, Pablo Casado, aseguró ayer que «la crispación» en las calles de Cataluña «empieza a dar miedo» y pidió «no pasar de los lazos amarillos a los negros», durante la apertura del curso político de su partido en Cerdedo-Cotobade (Pontevedra), concretamente en el paraje de la Carballeira de San Xusto, siguiendo así una tradición de años. En el acto, Casado anunció además que el PP celebrará el 1 y 2 de diciembre su convención nacional que estará coordinada y liderada por el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo.

Ante los más de 1.500 presentes en la Carballeira de San Xusto, el líder popular comentó que el «buenismo» del jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, «ha traído lo que avisamos que iba a traer», en alusión a la crisis migratoria y la situación catalana.

Sobre Cataluña, criticó que Sánchez consienta que los independentistas avancen por la vía actual y el Gobierno no actúe con determinación. Además, recriminó que a «una mujer le partan la cara» por retirar un emblema amarillo, recordando el suceso del pasado fin de semana en Barcelona. «Hoy hay ciudadanos pegándose en las calles de Cataluña y debemos exigir a los Mossos que hagan su trabajo», insistió el líder de los populares.

Pablo Casado coincidió con su antecesor, Mariano Rajoy, en le vuelo que le llevó a Galicia, donde pudieron departir sobre cuestiones de actualidad. Era la primera vez que se veían cara a cara tras su encuentro en la sede de Génova al día siguiente del triunfo de Casado en las primarias del partido. «Me siento muy orgulloso de la labor de Mariano Rajoy al frente del Gobierno», dijo Casado después en Cotobade antes de arremeter contra el «filibusterismo parlamentario que retorció los resultados electorales recientes para echar de las instituciones a un buen presidente, un buen político, un buen patriota y una gran persona».