Sobre la bocina. Pablo Casado registró ayer las listas electorales para el Congreso y el Senado pocas horas antes de que expirara el plazo, una muestra de las dificultades que se ha encontrado para elaborar unos equipos que, según todas las encuestas, menguarán mucho a partir del 28-A por la competencia con Ciudadanos y Vox. El presidente del PP anunció a primera hora que su número dos por la provincia de Madrid para la Cámara baja será Adolfo Suárez Illana (Madrid, 1964) y a lo largo de la tarde se conocieron los primeros puestos de esa plancha electoral: la politóloga y tertuliana Edurne Uriarte y el economista Daniel Lacalle, ambos sin carnet del PP, según fuentes de la dirección, irán en el tercer y cuarto puesto.

El quinto se lo ha reservado a Ana Beltrán, presidenta del PP de Navarra, que le apoyó en las primarias, y el sexto lugar, a Andrea Levy. La actual responsable de Estudios y Programas deja el Parlamento de Cataluña y se concentra en Madrid, donde hará doblete. Se presentará por el Congreso y también irá de tíquet electoral con José Luis Martínez Almeida para el Ayuntamiento de la capital. En el 11 va Carlos Aragonés, exfefe de gabinete de Aznar.

Tras la purga realizada por Casado en los cabezas de cartel del resto de provincias españolas, donde ha lapidado la herencia marianista, se suma ahora el malestar entre algunos de los veteranos del partido que han superado el corte de la nueva dirección. Se quejan de que se prime en la lista por Madrid a independientes como Uriarte y Lacalle. Y también que se caiga en los fichajes estrella como el del torero Miguel Abellán (12). «¿Qué podíamos hacer? Tenemos que demostrar que nosotros también tenemos el apoyo de diferentes sectores de la sociedad civil», se defiende un asesor del equipo de Génova.

SUÁREZ ILLANA / La relación de Casado y Suárez Illana viene de lejos y se intensificó a partir de octubre, cuando el líder del partido lo eligió para presidir la nueva Fundación Concordia y Libertad. También le encargó que elaborara un programa ideológico para la convención nacional que el PP celebró en enero, aunque ese cónclave acabó por no incluir debate de argumentarios y su peso perdió fuerza.

Suárez Illana, que también probó suerte en el toreo, ya tiene un pasado en el PP, donde entró por la puerta grande de la mano de Aznar en el 2002. Un año más tarde intentó desbancar a José Bono de la Junta de Castilla-La Mancha. El socialista llevaba 20 años en ese puesto y la empresa parecía asumible, pero la misión fracasó. El candidato popular perdió y empeoró el resultado (cayó tres escaños, los mismos que avanzó Bono). El hijo del expresidente del Gobierno dimitió y abandonó su escaño.

EL VALLE DE LOS CAÍDOS / Pese a ese currículum, para Casado su número dos puede ayudar a «reformar el centro-derecha en España» y encarna el «patriotismo, entrega y, sobre todo, afán de concordia». «Es el depositario de un legado del que yo soy heredero», resaltó. Suárez Illana agradeció la confianza. «Es un orgullo, pero por encima de todo es una responsabilidad cara al futuro defender el ideario del PP que creemos que es el que necesita España en unos momentos francamente difíciles. Esa es la tarea. Esto no es para el bien personal. Es una vocación de servicio y es el momento de poner lo mejor de uno mismo al servicio de lo que cree», declaró sin responder a las preguntas. Casado aseguró en un coloquio de El Mundo que se lo ofreció el 2 de agosto.

En ese mismo acto, Casado dio a entender que si llega a la Moncloa no desenterrará a Franco del Valle de los Caídos, un traslado que el actual Gobierno ha dicho que se realizará el 10 de junio. «Dejemos de jugar con la transición», se quejó.