El PSOE contaba con que el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) reflejara una fuerte caída de apoyos, pero no esperaba que el batacazo fuese de tal calibre. Ante sus crisis más importantes en los últimos tiempos, el sondeo de este lunes, que refleja un descenso de más de seis puntos en solo tres meses hasta quedarse en solo un 17% de intención de voto, sirvió para que los socialistas recrudecieran su debate sobre la conveniencia de haber forzado la caída de Pedro Sánchez para aprobar después la traumática abstención en la investidura de Mariano Rajoy. Las partes en conflicto vieron refrendadas sus tesis por el organismo público.

Para los partidarios de haber mantenido el rechazo al líder del PP, la encuesta pone de manifiesto el "inmenso error" de "quitar a Sánchez para facilitar un Gobierno conservador", según explicó un antiguo miembro de la ejecutiva socialista. La decisión, a su juicio, supondrá para el PSOE una hipoteca más pesada que los recortesaprobados por José Luis Rodríguez Zapatero. "Esto tardará mucho más en olvidarse", continuó el dirigente, subrayando que el trabajo de campo del barómetro se llevó a cabo a comienzos de octubre, tras la salida de Sánchez, pero antes de que se aprobara la abstención. "Si se hubiese hecho ahora, la caída sería peor", concluyó.

Los abstencionistas, en cambio, consideran que el haber acabado con la interinidad política en España se traducirá, al final, en nuevos apoyos. También ven en la tendencia al alza del PP, que en tres meses ha pasado del 32,5% al 34,5% en intención de voto, la prueba de que unas nuevas elecciones solo hubieran servido para que la derecha saliese reforzada. "Desde la fecha en la que se realizó este estudio hay una tendencia de reconocimiento de lo que ha hecho el PSOE al desbloquear la situación. Los ciudadanos van a ir reconociendo ese comportamiento", dijo el secretario de organización del PSOE andaluz, Juan Cornejo.

CONGRESO AÚN LEJANO

Ambas visiones se enfrentarán sin pausa en los próximos meses, hasta llegar al congreso del PSOE, que en principio, y pese a lasprisas de Sánchez, no se celebrará antes de mayo o junio. Trasabandonar su escaño para no tener que elegir entre una abstención que iba en contra de lo que había defendido y un voto en contra que le colocaba en una situación de desacato a su partido, el exlíder ya ha empezado a asumirlo.

Sánchez se reunió la semana pasada en Madrid con varios de sus afines (la presidenta balear, Francina Armengol; el líder de los socialistas en Castilla y León, Luis Tudanca, y el exportavoz en el Senado, Óscar López, entre otros) para abordar una estrategia que le sirva para recuperar la secretaría general. La conclusión general, señala uno de los participantes, es que debía "pisar el freno", lo que significa, entre otras cosas, no comenzar aún su anunciada campaña por las agrupaciones socialistas y evitar entrevistas como la del pasado 30 de octubre en La Sexta, donde al defender que Catalunya es una nación y negar que Podemos fuese "populista" se desdijo de parte de los mensajes que había defendido siendo líder del PSOE.

Así que Sánchez, que tiene en Patxi López un claro competidor dentro del sector del 'no es no', se tomará a partir de ahora las cosas con más calma, una actitud en la que coincide con Susana Díaz, la otra probable contendiente en la carrera por el mando de los socialistas. La presidenta de Andalucía quiere que se asienten un poco las aguas internas para lanzar su candidatura.