«Voy a decirlo más claro: con [Pedro] Sánchez no», aseguró Albert Rivera cuando la prensa le repreguntó si descarta totalmente un pacto con el dirigente socialista para gobernar en la Moncloa. En estos tiempos de política líquida y con los antecedentes del presidente de Ciudadanos (aseguró en varias ocasiones que no haría a Mariano Rajoy presidente y lo acabó invistiendo), estas afirmaciones son las que quedan en la hemeroteca para ver cómo se inicia una precampaña y cómo acaba tod tras las urnas y las negociaciones.

Según fuentes de la dirección naranja, Sánchez, con el que Rivera llegó a cerrar un pacto en 2016 para intentar gobernar, muestra ahora una concepción «radicalmente distinta» de España y «es parte del problema» que tienen los ciudadanos.

En el partido se temen que la voluntad de Sánchez sea la de «reeditar la mayoría de la moción de censura, con los populistas de Podemos y con los independentistas» y repetirán esa tesis para intentar atraer a votantes desencantados con la estrategia de diálogo puesta en marcha por el jefe del Ejecutivo central.

No obstante, saben que en esa eventual convocatoria inmediata de elecciones, el PSOE tratará de que a los electores de centro no se les olvide la fotografía del pasado domingo en la plaza de Colón de Madrid, donde Rivera posó con el líder de Vox, el ultra Santiago Abascal, y tampoco que Ciudadanos ha alcanzado un acuerdo con ese partido de extrema derecha en la Junta de Andalucía para echara los socialistas.

El político catalán rechazó ayer sumarse a las «quinielas» sobre la posible fecha de las elecciones generales y mostró su deseo de que los ciudadanos puedan votar «cuanto antes» para acabar con una España «paralizada» por culpa de un Gobierno socialista que está a merced de los partidos independentistas y los populistas, denunció el líder naranja.