Con la resaca de la ruptura del acuerdo en Barcelona, PSC y Barcelona en Comú (BComú) hicieron ayer balance de daños del pacto roto. Una decisión que va más allá de la capital catalana y que puede condicionar no solo los resultados de unos y otros el 21-D sino las alianzas que puedan establecerse después tanto a nivel municipal como en el Parlamento catalán. «No queríamos llegar a esta consulta (sondeo interno realizado entre las bases de Barcelona en Comú). Ojalá el PSC no hubiera apoyado el 155. Valoro positivamente el pacto con el PSC a nivel municipal», comentó ayer Ada Colau en RAC-1.

La alcaldesa de la ciudad condal añadió que a partir de ahora y en el año y medio que les queda de mandato explorarán la geometría variable en busca de acuerdos concretos. «Quiero que sigamos trabajando juntos y hacer acuerdos, pero estar en el Gobierno va más allá y es un nivel de compromiso mayor».

Colau, que negó las acusaciones del PSC de haberse plegado al independentismo («no he escogido independencia. Todo el mundo sabe que he sido muy crítica con la DUI»), aseguró «estar convencida» de que la militancia del PSC, de haberse hecho una consulta, hubiera rechazado el apoyo al 155, «y así no habríamos tenido que romper el Gobierno del Ayuntamiento de Barcelona».

«No se entiende por qué se convocó esa consulta», le rebatió por su parte Jaume Collboni, líder del PSC en el consistorio barcelonés, que añadió que le gustaría saber qué votó la alcaldesa en ese sondeo interno llevado a cabo en Barcelona en Comú. El líder del PSC en Barcelona agradeció su postura al 45% de los comuns que votaron en contra de romper este puente de izquierdas. Estos votos, y las críticas lanzadas por algunos miembros de la propia formación de Colau contra la ruptura del pacto, le hacen tener «esperanzas para reconstruir un gobierno de izquierdas en Barcelona».

«Colau está más pendiente de lo que opinan los independentistas que de lo que opinan los barceloneses», sentenció Collboni, considerando que «la lógica electoral [de los comuns] lo hacía incompatible con esta alianza». Pese a ello prometió que hará una oposición constructiva. «Que se haya roto el pacto no quiere decir que no sigamos hablando». Eso sí, no adelantó la postura del PSC ante los presupuestos municipales de la capital catalana, cuya tramitación arranca hoy mismo. También instó a sus ya exsocios a reflexionar por qué los que más se alegran del divorcio son «los que han hostigado durante dos meses, el PDECat y ERC, y el señor Albiol que se ha sumado a la fiesta». «El mensaje que mandamos es que hoy al mundo es que Barcelona es más inestable», lamentó.

REBOTE A MADRID / Por otro lado, el apoyo que mostró el domingo la edil de Ahora Madrid Rommy Arce a la ruptura de BComú con el PSC provocó el malestar de algunos concejales y diputados del PSOE en Madrid, partido que apoya al Gobierno de Manuela Carmena en el Ayuntamiento de la capital de España. Arce escribió el domingo un tuit aplaudiendo la decisión de las bases del partido de Ada Colau. «Aplaudimos a @bcnencomu que pone fin al cogobierno con el PSC. No podemos subalternizarnos al PSOE #NoAl155», señaló.

El mensaje provocó el rechazo de concejales del PSOE en Madrid, como el de la propia portavoz del Grupo en el Consistorio, Puri Causapié, que retuiteó un tuit de otro de sus concejales, Ignacio Benito, en el que afeaba la conducta a Arce.