La CUP ha celebrado este sábado en Sant Celoni (Barcelona) su Asamblea de Electos, en la que ha acordado que los grupos municipales que la formación tiene en Cataluña acudirán a trabajar el próximo martes 6 de diciembre, día de la Constitución. Una decisión que llega después de la polémica generada el Día de la Hispanidad, cuando el Ayuntamiento de Badalona abrió sus puertas pese a la prohibición judicial. José Téllez, teniente de alcalde de la CUP, rompió el auto judicial que prohibía abrir al ayuntamiento antes de que seis concejales atendieran, durante la mañana, a unas 200 personas.

Según un comunicado, los cargos electos de la formación trabajarán en sus respectivos ayuntamientos "como un día más" con la voluntad de convertir a los consistorios catalanes en punta de lanza del proceso independentista, aseguran.

Así, la CUP hará un llamamiento a sus bases "para que reviertan la jornada de fiesta y la conviertan en el día de inicio del proceso constituyente".

La portavoz del Secretariado Nacional de la formación anticapitalista Núria Gibert ha explicado que "la CUP quiere dar la bienvenida al nuevo delegado del Gobierno español, Enric Millo", con esta actuación, que quieren que sea un acto de fuerza del independentismo.

Gibert ha aprovechado su intervención para mandar "un abrazo al pueblo cubano y al resto de revolucionarios de todas partes" coincidiendo con la muerte de Fidel Castro.