La Sección 23 de la Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a dos años de prisión y 15 meses de multa con una cuota diaria de 6 euros al policía nacional Pedro C. G. por un delito contra la intimidad, al declarar probado que en 2015 instaló una cámara en el vestuario femenino de la comisaría del Consejo General del Poder Judicial, en la que prestaba servicios, con el objetivo de grabar a sus compañeras mientras se cambiaban.

La resolución, que todavía puede ser recurrida ante la Sala de lo Penal del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, también le condena a indemnizar a cada una de sus tres compañeras que aparecían en los vídeos que grabó con 2.000 euros en concepto de perjuicios y daños morales.

El tribunal ha declarado probado que el agente instaló un pen-drive con cámara con sensor de movimiento encima de una de las taquillas dentro de una bolsa de papel tumbada, "movido con el ánimo de acceder al ámbito más privdo y reservado de las distintas mujeres, agentes de policía, que allí se cambiaban, sin su conocimiento". La cámara enfocaba "directamente hacia donde lo hacían logrando de esta forma grabar y obtener imágenes íntimas en diferentes días" de tres agentes, "algunas en ropa interior". El dispositivo lo encontró una de ellas.

Otra se sintió tan mal, al ser "la comidilla de las bromas de sus compañeros", que "no quería ir a desempeñar su trabajo", al no poder "entender cómo" uno de ellos, cuya obligación es "perseguir al delincuente y prevenir delitos había cometido uno de ellos".