El cónsul general honorario de Grecia en Barcelona, Fernando Turró, ordenado ser destituido a petición del Ministerio de Asuntos Exteriores por "agravios" a la insignia española, niega haber recibido "notificación oficial" de su cese y defiende su libertad a expresar sus convicciones en el ámbito privado.

En una carta, asegura que ha "respetado escrupulosamente tanto las obligaciones del cargo como la neutralidad política" en el desarrollo de sus funciones. "Niego rotundamente haber cometido algún agravio a la bandera de España", asevera. "Mi cargo consular entiendo que no impide en absoluto que privadamente, y nunca en ejercicio de la función consular, pueda tener y expresar mis convicciones", defiende Turró.

ACTOS IMPROPIOS DEL CARGO

Según Exteriores, el cónsul acudió a "varios actos que no son propios" de la condición diplomática. El ministerio alega su participación en una manifestación independentista de la Diada, marcha en la que lució una camiseta con la 'estelada'. "Eso un cónsul no lo puede hacer", advirtió Josep Borrell en una comparecencia el miércoles pasado ante la comisión mixta de la Unión Europea (UE) minutos antes de ordenar su destitución. Y se escudó en que, además, el diplomático había asistido, en diciembre del año pasado, en un acto en el extranjero con el 'expresident' Carles Puigdemont.

"Un ciudadano de a pie puede hacer lo que quiera porque aquí tenemos una libertad de expresión tan amplia que permite quemar la bandera nacional o la imagen del Rey, pero un cónsul no, y si me entero de que lo hace llamo al embajador y le pido el cese, pero a veces no hace falta porque el embajador se ha enterado y lo hace él mismo", censuró Borrell.