La Audiencia de Barcelona ha condenado a Convergència Democràtica (CDC) por haber percibido comisiones de la constructora Ferrovial, a través del Palau de la Música, a cambio de la adjudicación de obra pública en los últimos Gobiernos de Jordi Pujol, según el fallo que se ha hecho público este lunes. La fiscalía reclama el decomiso de 6,6 millones de euros. La Audiencia de Barcelona ha condenado a nueve años y ocho meses de cárcel a Fèlix Millet, siete años y seis meses para Montull, y a cuatro años y seis meses para Gemma Montull.

"El Palau de la Música era la cañería por la que transitaba el dinero que Ferrovial quería hacer llegar a CDC". El fiscal Emilio Sánchez Ulled dejó ir a bocajarro esta frase en la segunda parte de su informe final del juicio que acabó el 16 de junio del 2017.

Una de las pruebas que el tribunal valora en la sentencia son los documentos hallados en el registro del Palau el 23 de julio del 2009. La fiscalía sostiene que estos papeles indican que Ferrovial pagó comisiones a CDC, a través de la entidad, a cambio de obra pública. Una hipótesis reforzada en el juicio por el pacto sellado entre el fiscal y la defensa de Jordi Montull y de su hija Gemma. Millet no quiso quedarse solo y, al final, también se apuntó al carro de las confesiones.

La confesión

Durante el juicio, Millet y Gemma Montull se explicaron con claridad: "Ferrovial hacía donaciones al Palau para que el dinero fuera a pagar a CDC a cambio de obra pública. Eso no lo dije en mi confesión del 2009, pero es la verdad", admitió el que fuera máximo responsable del Palau de la Música. Gemma, que ocupaba el cargo de directora financiera, ratificó el desvío de fondos al partido. Y su padre insistió y recordó que "las comisiones pasaron del 3% al 4% porque CDC quería más dinero". El terremoto alcanzó a Carles Torrent, quien fue tesorero de CDC hasta el 2005, cuando falleció, y a su sustituto en el cargo, Daniel Osàcar, y a quien el expresidente del Palau señaló como el "Daniel" que figura en un documento sobre el reparto de comisiones.

El independentismo, incluido el PDECat, sucesor de CDC, se ha desmarcado desde el primer momento de aquella Convergència de Jordi Pujol y ha cerrado filas en torno a que era otra época y que la corrupción es historia.