El cabecilla de la trama Gürtel, Francisco Correa, cumplió su palabra y accedió a responder a Anticorrupción ante el tribunal que juzga los amaños cometidos por la red corrupta para enriquecerse con la visita que el Papa realizó a Valencia en 2006. El principal imputado se ha jactado de que su declaración en el juicio de la primera época de la Gürtel "supuso un cambio de gobierno", en referencia a la moción de censura que acabó con el Gobierno de Mariano Rajoy.

Correa, ya recuperado de los dolores que este jueves llevaron a suspender el juicio por la hernia que padece, se presentó como un empresario modélico, como ya hizo en la otra vista en la que accedió a declarar (la de la primera época), explicó que él no conocía a nadie en el PP, pero logró introducirse, "de la misma manera que en las 500 empresas internacionales" para las que trabajaba, tras un año de esperar a que el extesorero Luis Bárcenas le recibiera.

Insistió en que eso solo ocurrió por sus presupuestos competitivos. En ellos enmarcó sus palabras sobre los millones que le había dado al PP, grabadas por el arrepentido José Luis Peñas, con su "hija sentada sobre sus rodillas", se quejó Correa.

Trump y medios

Sostuvo que "la mitad de las cosas que se han contado en esta historia no son verdad", y citó al presidente estadounidense, Donald Trump, en relación con los medios de comunicación. Lo que sí dijo que era verdad fueron "las 14 horas" que declaró en relación con su mediación sobre el pago de comisiones de empresarios que quisieran ser adjudicatarios en los ministerios de Medio Ambiente y Fomento.

Dentro de su discurso caótico, pasando de un asunto a otro, Correa citó al que fue presidente de RTTV, Pedro García Gimeno, para decir que "cometió un error de coger un dinero que se le dio" con sus beneficios, para a continuación añadir que a los funcionarios de la Generalitat valenciana acusados "que no los había invitado ni un café". Siempre que podía ha negado su acusación en una las últimas piezas por las que se le ha condenado, la de Fitur.