Mariano Rajoy no está midiendo. Ángel Gabilondo no es un bolchevique», dijo ayer Albert Rivera camino del AVE que le llevará a la Feria de Sevilla. El presidente de Ciudadanos insistió en que, si el PP no destituye a Cristina Cifuentes para sustituirla por otro diputado popular, apoyará la moción de censura en favor de Gabilondo (PSOE). Aunque tenga que ser con el apoyo de Podemos, recordó una vez más el político catalán.

Rivera podrá celebrar en el Real de Sevilla que vuelve a tener a su principal contrincante, el líder del PP, arrinconado y aplazando una difícil decisión a solo un año de las elecciones municipales, autonómicas y europeas: la entrega a los naranjas de una nueva víctima política. En los dos últimos años, Ciudadanos apuntó a la senadora Rita Barberá, al expresidente de Murcia Pedro Antonio Sánchez y a la también parlamentaria Pilar Barreiro y los tres saltaron de sus puestos. Ante el silencio de Rajoy (que no ha querido decir nada del asunto públicamente desde el viernes), Cifuentes decidió ayer seguir con su estrategia de defensa para evitar dimitir y renunció al máster en Derecho Autonómico del curso 2011-2012.

En una carta enviada al rector de la Universidad Rey Juan Carlos, la dirigente rechazó el título y pidió disculpas si alguien se ha sentido ofendido por las «condiciones flexibles» que el centro le dio para hacerlo. En todo caso, subrayó que el máster lo obtuvo legalmente porque cumplió con todo lo que le pidió la universidad y las normas. Cifuentes obvió las numerosas irregularidades cometidas (se manipuló la lista de notas y el acta de trabajo de fin de máster, entre otras) y responsabilizó a la universidad de todas ellas.

La presidenta explicó ante la prensa que no piensa dejar su cargo porque ella no ha cometido ninguna «irregularidad» y porque cuenta con el apoyo del PP y de Rajoy. «No estoy siendo investigada ni imputada por ningún asunto», declaró en la comparecencia tras la reunión semanal del Ejecutivo madrileño.

La dirigente conservadora no quiso concretar si ha hablado sobre su máster con el presidente en los últimos cuatro días pero sí que dijo, de forma genérica, que se siente arropada por él y por sus compañeros de filas. «Yo tengo el apoyo de mi partido y de mi presidente, por supuesto, indudablemente», declaró. Cabría añadir un por ahora. Rajoy siempre respalda (con palabras o con silencios) a sus correligionarios en apuros hasta el último día. Pasó con Sánchez, Barreiro y también, en 2011, con Francisco Camps.

APOYO DE COSPEDAL / Ante la mudez de Rajoy, salió a defender a la presidenta la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, amiga y su principal apoyo en el partido. La también ministra de Defensa, muy arisca con la prensa a la hora de tratar asuntos de la política diaria, aprovechó su asistencia a la comisión parlamentaria de su área para decir que la carta al rector le había parecido «muy bien fundamentada». «Y sí, la sigo apoyando», soltó.

Cifuentes sabe que Rajoy tiene la última palabra y lo dejó claro cuando, por la tarde, en un acto en el Colegio de Arquitectos respondió así a una invitación en público que le hicieron para acudir a un congreso de medioambiente en noviembre: «Haré todo lo posible para ir como presidenta de la Comunidad, pero me temo que en estos momentos no está en mi mano». Un reconocimiento difícil para quien hace solo un mes disfrutaba al verse en las quinielas de sucesión del político gallego.

LA MOCIÓN DE CENSURA / Mientras, la oposición reclamó ayer la dimisión inmediata de Cifuentes, al tiempo que rechazaba la renuncia del máster. «No puede renunciar a algo que no ha logrado», dijeron. Mientras, el PSOE confía en que tanto Podemos como Ciudadanos apoyen la moción para echar a Cifuentes de la presidencia de Madrid.