Ciudadanos destituyó ayer a su número dos en Euskadi, Javier Gómez, que negociaba con el PP una coalición electoral para el 10-N con la marca Vascos Suman, tras acusarle de intentar «irse» con los populares. El partido presidido por Albert Rivera destituyó a Gómez con el argumento de que intentaba hacer «un trasvase de afiliados» de Ciudadanos al PP y negó que la decisión tuviese que ver con una posible coalición electoral ya que esta es una decisión que compete a la Ejecutiva Nacional.

Rivera insistió en que esta destitución se ha producido porque «quería irse a otro partido» y no por otras causas, en contra de lo manifestado por el propio Gómez, que aseguró que su cese se produjo por intentar cerrar con el PP vasco una coalición constitucionalista al estilo de Navarra Suma.

En la misma línea se expresó el presidente del PP vasco, Alfonso Alonso, quien explicó que Gómez ha sido el interlocutor de Ciudadanos con el que los populares han negociado y casi ultimado un acuerdo para confluir conjuntamente a las elecciones y culpó a Rivera de «cesar fulminantemente» por este motivo al dirigente vasco porque «no tiene voluntad política» de conformar una coalición.

También Alonso negó que se haya producido un movimiento de trasvase de afiliados desde Ciudadanos al PP. «Me sorprende, porque yo lo sabría», subrayó.

Sobre una coalición en Euskadi, el presidente de Ciudadanos dijo que esa alianza ya existe en Andalucía y en Madrid, pero que se forjaron tras los comicios autonómicos «para ganar, no para perder».

Gómez, que aún mantiene su cargo como coordinador en Álava, dijo que el motivo de su cese es inverosímil y explicó que anteayer recibió una llamada del secretario de Organización nacional, Fran Hervías, para comunicarle que había perdido la confianza de la dirección y que la línea oficial del partido no contempla en ningún caso coaligarse con el PP. Insistido en que ha actuado con «absoluta lealtad» y que ha informado «de cada paso» a la dirección nacional de las negociaciones que mantenía con el Partido Popular vasco aunque el partido «dio la callada por respuesta».