Ciudadanos se centrará en removilizar a su electorado. Son conscientes de los augurios demoscópicos, aunque los matizan, y de cómo su público llena la bolsa de indecisos, pero confían en el tirón de Albert Rivera. A él fían rebajar la factura que, según las encuestas, ha contraído él mismo con su rígida negativa a pactar para facilitar un Gobierno.
La elección de Cádiz, cuna de la liberal Constitución de 1812, para arrancar no parece casual en el caso de una formación que se reclama liberal, más desde que sus cualitativos de encuestas detectan que se les percibe escorados en exceso a la derecha. De la misma no casual manera, no sería otro el lugar de cierre de campaña el día 8: la Barcelona que les vio nacer.
En los ocho días que separan ambas citas, Ciudadanos dejará el eslogan Vamos de la pasada campaña por el Sí se puede, que acompañará al lema principal España en marcha.
Estas expresiones serán corolario de un mensaje central (Sánchez es el problema, y Casado no es la solución), y un compromiso: si no ganan a Sánchez, no gobernarán con él… pero tampoco provocarán otros comicios.
El recorrido de los dos máximos dirigentes del partido, Rivera e Inés Arrimadas, reserva las principales citas para sus tres mayores reservas de voto: Andalucía, Madrid y Cataluña.
Mañana y pasado mañana, Tarragona y El Hospitalet serán las otras dos ciudades catalanas visitadas por Rivera y Arrimadas, respectivamente. Tras la pegada de carteles en Cádiz, Rivera irá a Málaga hoy y a Sevilla el día 6. Será el mitin que inicie el esprint final de campaña: Madrid, al día siguiente y, después, el cierre barcelonés.
En el ecuador de campaña, el martes en Valencia, Rivera tendrá oportunidad de afinar los mensajes que logre colocar en el debate televisado del lunes. Ciudadanos no buscará grandes mítines, sino encuentros más reducidos, en los que, a falta de masa, se cultive la proximidad.
Para mensajes masivos, prefieren sorprender con el recurso a vídeos especiales o polémicos, que consigan sitio en la agenda de actualidad. J. J. FERNÁNDEZ
