Un joven de 22 años acudió la pasada Nochevieja a cenar a casa de unos amigos con otras doce personas. Seguramente fue allí donde se infectó. El día de Reyes, asintomático, fue a ver a su abuela, que pocos días después comenzó a presentar síntomas.

Esta historia se repite constantemente estos días con la resaca posnavideña y los rastreadores están siendo testigos. "Mira que se lo decía a mi nieto", fue la respuesta que le dio esta anciana a Chema Martínez, rastreador murciano en el centro de salud de Bigastro, cuando le preguntó cómo se había infectado.

Para Jaime Pérez, portavoz del Comité de Seguimiento Covid-19 de la Región, esta es la realidad que viven en el Servicio de Epidemiología de la Consejería durante estos días en los que la Comunidad ha batido todos sus récords de contagios desde que comenzó la pandemia el pasado mes de marzo. "Sabemos que el 78% de los brotes saltaron en el ámbito familiar y de ocio, y en Navidad hemos visto que los casos que se han contagiado en bares y restaurantes los llevaron más tarde a las casas, afectando al resto de la familia. Esto ha sido sistemático", asegura el especialista en medicina preventiva.

"Está claro que la gente mayor se ha infectado esta Navidad por la irresponsabilidad de terceros que no guardan la distancia de seguridad y que, más tarde, se reúne con sus mayores para una celebración", insiste Martínez.

Teresa Sánchez, rastreadora del Ayuntamiento de Molina de Segura, cree que el principal error fue permitir que se pudieran reunir hasta diez personas en las fechas navideñas. "He visto casos de familias enteras contagiadas", asegura. Para ella, la incidencia de la covid-19 "sube como la espuma" durante esta tercera ola.

Previendo el peligro, desde la Consejería de Salud se dijo "desde el primer momento que estas Navidades debían vivirse de manera diferente, más familiar. Y no ha sido así", lamenta Jaime Pérez.

También se han dado casos en los que a los rastreadores les han puesto muy difícil hacer su trabajo. Uno de estos trabajadores municipales del Ayuntamiento de Archena reconoce que, a veces, algunos de los mayores dice no saber cómo se han contagiado para proteger a sus familiares. "Ellos se han quedado en casa estas Navidades y la única manera que han tenido de contagiarse es a través de las visitas", comenta.

Durante las últimas dos semanas, el porcentaje de casos jóvenes menores de 15 años que contrajeron el coronavirus es del 11,7%, una cifra que aumenta entre los que tienen entre 15 y 29 años hasta alcanzar el 25,1% y a la que hay que sumar el 14,3% de los infectados con una edad comprendida entre los 30 y los 39 años. En total, estos tres grupos representan a más del 51%. Siendo más de la mitad de los casos registrados, poco más del 10% tuvo que ingresar en un centro hospitalario y solo el 4% (dos personas) pasó por la UCI.

Suerte bien distinta sufren los mayores de 60 años. Entre la última semana de 2020 y la primera de 2021 se contagió un 28,5% del total de los murcianos que dieron positivo. No obstante, los mismos representan al 60% de los ingresados en ese tiempo, a más del 57% de los que acabaron en UCI y a más del 93% de los fallecidos.

Además, según fuentes de la Consejería de Salud, al menos un 7% de los hospitalizados en la Región de Murcia por coronavirus termina en las Unidades de Cuidados Intensivos.

Jaime Pérez tiene claro cuál es el camino que sigue el virus hasta llegar a los más débiles. "En los grupos de 16 a 40 años ha habido reuniones de amigos en ocio que luego han sido causa de brotes familiares. El contagio se produce en la casas y se afecta a la familia extensa, entendiendo por esto no solo convivientes".

El portavoz del Comité de Seguimiento insiste en que hasta que esto acabe la pandemia, "tenemos que tener claro que el círculo de convivencia ha de ser muy bajo. Cuantas más relaciones sociales e interacciones de riesgo se tengan, más se aumenta el peligro", advierte.