De una cumbre de grupos parlamentarios con ausencia de tres de ellos y en un contexto de tensión máxima en el debate soberanista catalán, podía esperarse más bien poco. Así que como se dice en estos casos, la clave estaba en el factor humano y en los matices. De entrada, las formas y la voluntad de todos los presentes -Govern, JxCat, ERC, PSC y comuns- de dialogar, de hacerlo con buen tono, de seguir viéndose y de explorar vías políticas para resolver el conflicto existente. Esta es la principal conclusión, extraída de las impresiones que fuentes conocedoras de la reunión transmiten de un encuentro que duró dos horas en el Palacio de la Generalitat y que contó con ausencias significativas: Ciutadans, primer grupo del Parlament; el PPC, y también en el otro extremo del tablero, la CUP, cuya excusa es que se trataba de una reunión autonomista.

Varias fuentes consultadas apuntaron que la reunión había transcurrido con «buen tono», aunque no se había cerrado «ninguna concreción». Con todo, las perspectivas de futuro eran halagüeñas: «Hay opciones de avanzar, eso sí, paso a paso y lentamente», señaló a este diario una voz conocedora de los entresijos de las reunión.

Las vías de futuro / La ausencia de Ciutadans y el PPC dejó al PSC como única fuerza representada que no apoya el derecho de autodeterminación de Cataluña. Un PSC que, como recordó en rueda de prensa la portavoz del Govern y consejera de Presidencia, Elsa Artadi -y, fuera de las cámaras, otros representantes del independentismo-, hace apenas seis años sí apoyaba el derecho a decidir. De hecho, preguntado sobre la propuesta de los comuns de un «pacto de claridad» basado en el modelo canadiense, Iceta recordaba enseguida que su partido tumbó esta vía.

Por tanto, el posible recorrido pasa o bien por que el PSC se acerque de nuevo al referéndum, o bien porque los partidos independentistas abracen un nuevo Estatuto de autonomía, con su pertinente lavado de imagen e, incluso, cambio de nombre. Preguntado uno de los asistentes independentistas a la reunión si era factible ese paso atrás la respuesta fue tajante «ni en broma». Cabe concluir que, para el secesionismo, la razón última de este foro -mientras el PSC se presente- es precisamente redoblar la presión sobre los socialistas catalanes para que vuelvan a sus posiciones del 2012.

En el cónclave, el presidente del grupo parlamentario de ERC, Sergi Sabrià, agradeció a los comuns su claridad en la defensa del derecho a la autodeterminación. «No compartimos la posición de los comuns al 100%, pero agradecemos mucho que estuviera sobre la mesa». Una muestra más de los gestos de complicidad entre estos dos espacios políticos. Sabrià hizo votos para que en futuras reuniones «se avance» en lo que son «grandes consensos de país». «La solución del conflicto solo puede pasar por las urnas y por el ejercicio del derecho a la autodeterminación».

Autonomista o no, el caso es que la actitud de los comparecientes en rueda de prensa tras la cita fue constructiva. Eso sí, siguen operando los tics en forma de ataques a los que algunos parecen no poderse resistir, como cuando Albert Batet, en nombre de Junts per Catalunya, afeaba al PSC que no hubiera conseguido convencer a sus «socios del tripartito 155» de que acudieran a la reunión. Unas declaraciones que en el PSC han generado la siguiente respuesta: «Hay que ser realistas, las posiciones son muy distantes, no hay voluntad de ruptura pero sólo hay que escuchar las declaraciones de Batet».

Contra la intimidación / En un clima denso políticamente por exabruptos en el Parlament, acciones como las de Arran, vinculada a la CUP, contra el domicilio del juez Pablo Llarena, o la tensión evidente y pública entre JxCat y ERC, cabe destacar lo explicado por el socialista Miquel Iceta -quien tuvo la iniciativa de pedir la reunión- en el sentido de que hubo «un gran consenso a la hora de denunciar cualquier acto de violencia o intimidación».

Dicho lo cual, en el capítulo de los no acuerdos, una lista notable de asuntos. De entrada, los «comuns» avisando a Torra de que deberá demostrar en los presupuestos que realmente quiere hacer política social, más allá del procés. También Artadi lamentando que el PSC no quisiera compartir una declaración conjunta contra la acusación de rebelión y la prisión preventiva de los independentistas presos. O que se rechace volver a aplicar el 155. En cualquier caso, todo ello podrá ser objeto de debate si se producen nuevos encuentros.