Artur Mas no ha podido salvar el 'match ball' probablemente más complicado de su carrera política: propiciar que una formación anticapitalista le facilitase la investidura. El consejo político de la CUP ha consumado este domingo su veto al líder de CDC y candidato de Junts pel Sí, lo que aboca a Catalunya a celebrar en marzo unas nuevas elecciones anticipadas y pone en jaque la hoja de ruta independentista. El último recurso de Mas para evitar los comicios sería renunciar a la investidura y proponer un candidato alternativo durante la próxima semana, antes del 10 de enero, día en que expira el plazo legal para investir un presidente de la Generalitat. Una opción que fuentes de Junts pel Sí descartan, pero que la CUP ha insistido en reclamar nada más concluir el consejo político. "Quien no ha movido pieza todavía tiene tiempo para hacerlo", ha emplazado a la coalición la diputada cupera Gabriela Serra.

Tras una semana marcada por la división interna, fruto del empate a 1.515 votos en la asamblea de la semana pasada, el resultado de la votación definitiva ha sido de 22 votos a favor de investir a Mas y 38 en contra y 6 abstenciones. La opción ganadora ha sido la abstención de los 10 diputados del grupo parlamentario. Con esta decisión, el 'president' en funciones no tiene suficientes apoyos para ser reelegido, pues el PSC retiró su mano tendida, Catalunya Sí que es Pot también descartó auxiliar a Mas y la ayuda de Ciutadans y el PPC es toda una quimera. Así las cosas, la celebración del nuevo debate de investidura queda ahora en el aire. La Mesa y la Junta de Portavoces del Parlament se reunirán este lunes para decidir si mantienen el calendario previsto o anulan el pleno y las votaciones, previstas para el 5 y el 7 de enero.

FRACTURA EVIDENTE

En rueda de prensa, Serra ha reconocido que el proceso interno de decisión "ha sido duro" pero ha defendido la "coherencia" de un partido anclado al asambleísmo como método de funcionamiento. Ha insistido en la tesis de que la dicotomía "o Mas o marzo no es la solución", y ha remachado: "Nosotros hemos hecho lo que hemos podido para no votar lo que hemos votado. Esperamos que ahora otros muevan pieza". En la misma línea ha abundado el diputado Sergi Saladié, quien le ha recordado a Mas que las elecciones del 27-S fueron un plebiscito sobre la independencia, pero no sobre su figura, y que el propio 'president' aseguró públicamente que "no sería un obstáculo" para el proceso independentista.

Aunque los portavoces de la CUP han asegurado que la organización sale "más fuerte" de este proceso, una de las primeras consecuencias de la fractura que se ha instalado en la formación podría ser la dimisión de su cabeza de lista, Antonio Baños, adscrito al sector del partido más proclive a facilitar la investidura de Mas. Fuentes de la CUP citadas por Europa Press aseguran que el diputado ha planteado esta posibilidad en la reunión de este domingo. En la rueda de prensa, Serra ha afirmado que "Baños no ha dimitido" de momento, pero no ha podido descartar que lo haga en los próximos días.