Los tres principales partidos de las derechas, PP, Vox y Ciudadanos, volvieron a advertir ayer de que el futuro Gobierno de Pedro Sánchez es un peligro para la unidad de España. El secretario general del PSOE aspira a presidir el Ejecutivo con el líder de Podemos, Pablo Iglesias, de número dos, una meta que ha logrado gracias a la abstención de los diputados de ERC y Bildu. Populares, ultras y naranjas consideran que con esas alianzas Sánchez está poniendo la semilla de un final desdichado para la unidad de España. Tanto Pablo Casado (PP) como Santiago Abascal (Vox) coincidieron en asegurar que Sánchez deja el país en manos de «golpistas» y «terroristas», en referencia a los líderes del 1-O encarcelados y ETA.

Ayer por la mañana, antes de la votación definitiva, Sánchez tomó la palabra en primer lugar, durante 10 minutos y, después, todos los portavoces, con turnos de cinco cada uno. Casado subió a la tribuna y atribuyó al dirigente socialista un «engaño masivo» a los españoles con su Gobierno «ultra», y de llevar «la unidad nacional a la sala de despiece» por aliarse con Esquerra y Bildu. «Mintió sabiendo que si decía la verdad perdería las elecciones», recalcó Casado en referencia a los mensajes que Sánchez pronunció durante la campaña electoral, algunos muy duros contra el independentismo. El presidente del PP reivindicó la Constitución y al Rey, «máxima autoridad del Estado y símbolo de la continuidad histórica de España».

Casado aseguró que cuando lo que se pretende es «resistir a cualquier precio, se termina pagando el precio más alto con tal de resistir» y señaló que por eso el jefe del Ejecutivo se ha convertido en «el caballo de Troya» que meterá en el Gobierno de España a los que «se han conjurado para destruirla».

ABASCAL Y LOS DATOS FALSOS / Abascal destinó sus primeras palabras a lamentar el asesinato a manos de un hombre de su mujer y la hija de ambos en Esplugas de Llobregat. El líder de Vox defendió su tesis en contra de la violencia machista y subrayó la necesidad de potenciar una norma de «violencia intrafamiliar».

A continuación hizo una lista de agresiones sexuales registradas estos días en toda España y afeó a sus señorías que en este debate no se hayan abordado «las violencias en manada que se han cometido sobre todo por inmigrantes». Abascal volvió a dar datos falsos. Según el Informe sobre delitos contra la libertad e indemnidad sexual del Ministerio del Interior, del 2017, el 70,1% de los detenidos o investigados eran españoles y el 29,9%, extranjeros.

A juicio de Abascal, el Gobierno nace «arrodillado» ante diputados que «no merecían haber sido acreditados» y supondrá la «culminación» de los pactos «iniciados hace más de 20 años» entre el PSOE y ETA. El líder de Vox terminó con «vivas» a España y el Rey.

La portavoz de Ciudadanos, Inés Arrimadas, al igual que Casado, criticó el giro de Sánchez tras la campaña. «No le ha votado ni un español para hacer lo que está haciendo hoy aquí», le espetó. Y volvió a pedir que algún «valiente» de la bancada socialista rompiera la disciplina de voto. No tuvo éxito y, apenas una hora después, Sánchez fue elegido presidente.