El jueves, a las 10.30 de la mañana, comenzará el proceso de exhumación más importante en la historia de la España contemporánea. El traslado de Francisco Franco desde su actual tumba de Estado en el Valle de los Caídos al pequeño cementerio de Mingorrubio (Madrid), tantas veces retrasado por la oposición de los nietos, comenzará a esa hora, dentro de un proceso sin honores ni bandera en el que intervendrán dos helicópteros, un coche fúnebre, varios operarios, un forense, una ministra, policías, guardias civiles, dos sacerdotes y 22 familiares del dictador. Todo con un coste aproximado de 63.061,40 euros como máximo, explican en la Moncloa.

El Gobierno ha decidido apurar al máximo los plazos que se dio para esta iniciativa, la más simbólica y de mayor alcance internacional de Pedro Sánchez. El viernes acababa el plazo que el Ejecutivo se dio para la exhumación, que llega en un momento muy oportuno, a dos semanas y media de las elecciones del 10 de noviembre, pero en una coyuntura complicada, por los continuos disturbios en Cataluña a raíz de la sentencia del procés.

Tras todos estos meses de enfrentamientos en los tribunales y en los medios, el Gobierno ha querido hacer alguna concesión a los Franco. Los 22 familiares del dictador (nietos, cónyuges y bisnietos) podrán, como pidieron a la Moncloa, trasladar a hombros el féretro desde la basílica del Valle hasta el coche fúnebre.

Será un trayecto de 300 metros por el interior de la basílica, desde el altar hasta su puerta principal, donde dejarán el féretro a unos operarios para que lo introduzcan en el coche. Antes de llevarse el ataúd, el prior de la abadía benedictina que custodia el Valle, Santiago Cantera, rezará un responso y bendecirá los restos. Los familiares, por tanto, tendrán unos momentos de protagonismo televisivo portando ellos mismos el féretro del dictador.

Y después, cuando el cadáver haya llegado a Mingorrubio -un traslado que se realizará en helicóptero si las condiciones meteorológicas lo permiten, y con la ministra Dolores Delgado y un familiar a bordo-, los descendientes de Franco oirán una misa en la capilla donde descansarán los restos del dictador. La concelebrarán dos personas: el prior del Valle, excandidato de Falange y contrario a la exhumación, y el sacerdote Ramón Tejero, hijo del golpista Antonio Tejero, sacerdote diocesano con parroquia en Rincón de la Victoria (Málaga).

Antes de todo eso, a las 10.30 de la mañana, dos familiares de Franco, la ministra Delgado, un forense y varios operarios entrarán en una carpa -instalada ayer alrededor de la actual tumba de Franco para impedir cualquier toma de imágenes- y se procederá a la exhumación.

La tumba actual está recubierta de hormigón y plomo, y los restos cubiertos por una estructura de cinc. El Gobierno desconoce si el cuerpo del dictador está embalsamado o solo conservado; hay diversas opiniones, pero trabaja con tres hipótesis: que el féretro esté en buen, mal o muy mal estado, y de eso dependerá la duración de la exhumación. Los cálculos van de una a tres horas.

El Gobierno no ha decidido aún qué hará con el crucifijo del ataúd original, en el caso de que ese féretro tenga que ser sustituido. Tampoco tiene todavía claro, según fuentes cercanas al operativo, qué destino dará a las placas de bronce que adornan la tumba por dentro.

Hoy se realizará en el Valle de los Caídos un ensayo general de los trabajos, con todos los equipos implicados. Una vez reinhumados los restos en Mingorrubio, el panteón será vigilado por Policía Nacional el tiempo que se estime oportuno.