El control por parte de la diplomacia española sobre los actos que el Diplocat lleva a cabo fuera de España se volvió a demostrar el pasado martes en Bruselas. Durante un debate sobre el proceso soberanista catalán en la Universidad de Lovaina, una diplomática de la embajada española en Bélgica, Laura Martínez, pidió la palabra presentándose como "estudiante de un máster" para cuestionar las tesis que defendían los ponentes, entre los que se encontraba el delegado de la Generalitat ante la UE, Amadeu Altafaj. Martínez criticó que el acto no era "académico" y aseguró que hablaba en nombre "del 52% de los catalanes", que, dijo, están en contra de la independencia. Tras ser reprendida por el moderador, la "estudiante" acabó reconociendo que era "diplomática española".

La Universidad de Lovaina organizaba, conjuntamente con el Diplocat, un debate con expertos en nacionalismos, como Michael Keating, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Aberdeen, Bruno Coppieters, jefe del departamento de Ciencias Políticas de la Universidad Libre de Bruselas, o Vincent Laborderie, de la Universidad de Lovaina, que actuaba como moderador. Laura Martínez pidió la palabra en estos términos: "Lo siento pero no creo que este sea un debate académico, porque un debate académico como el que se supone que debemos tener en esta universidad, debe tener un posicionamiento y los contrarios", aseguró.

CRÍTICAS A ALTAFAJ

La diplomática acusó a Altafaj de mentir y dar cifras erróneas sobre el apoyo a la independencia y a favor de un referéndum. "No he tenido el mismo tiempo que el señor Altafaj", se quejó Martínez, asegurando hablar en nombre "de todos los ciudadanos catalanes que no quieren la independencia". También denunció algunos errores en los folletos informativos del acto del Diplocat.

"Basta ya, hace un cuarto de hora que habla", le replicó el moderador, invitándola a hacer un debate sobre España en otra ocasión, oferta que Martínez rechazó. "No sé cómo hacen diplomacia en España, pero esta no es una manera muy diplomática de hacer las cosas", concluyó Laborderie.