Xavier Domènech aceptó ayer que los resultados colocaban a Catalunya en Comú (CeC) en la oposición, y dijo que desde allí se propone trabajar para «reconstruir» el espacio progresista catalán, el derrotado de la jornada junto con Mariano Rajoy y el PP. «Seguiremos construyendo un proyecto de no confrontación. Estamos orgullosos de haberlo defendido en campaña», afirmó.

Domènech no profundizó en la autocrítica, aunque admitió que los retos que se marcaron los comuns antes de iniciar la campaña electoral no se habían conseguido.

Tras certificar el «fracaso» de las fuerzas que se llaman progresistas, afirmó que Catalunya en Comú no entrará en lo que tiene que hacer Carles Puigdemont, pero sí subrayó que no contará con la colaboración de su grupo ni en una hipotética investidura ni en el aval a sus políticas: «No vamos a participar ni por activa ni por pasiva en una investidura de Puigdemont». Que el candidato de Junts per Catalunya a president fuera otra persona no cambiaría esa posición, agregó.

Domènech recalcó que la victoria en el 21-D es de las derechas, en alusión a Junts per Catalunya y C’s: «No nos vamos a subordinar a ninguna de las dos». «Es evidente que los ganadores son Inés Arrimadas y Carles Puigdemont. No es buena noticia, porque son las fuerzas que representan más claramente el bucle de los últimos tiempos», afirmó.