Los 'comuns' han elegido como lema de campaña 'Tenim molt en comú' pero perfectamente podría haber sido 'Stuck in the middle with you' (atrapado en el medio contigo), temazo de Stealers Wheel que ha quedado para siempre asociado a Reservoir Dogs. Como Harvey Keitel en el hipnótico debut de Quentin Tarantino (obra maestra que celebró el 25 años), Xavier Domènech y sus 'comuns' intenta sobrevivir a los balazos verbales que les caen desde ambos lados.

Catalunya en Comú quiere centrar su campaña en Domènech y en la honestidad. Para el cabeza de lista, solo hay que poner la oreja en lo que decían los independentistas antes y lo que dicen ahora para tener clara su falta de honestidad. "La honestidad es clave porque llevamos demasiado tiempo que se dicen unas cosas en un momento para decir radicalmente lo contrario un momento después", ha asestado, en un discurso afilado como la navaja con la que Michael Madsen baila al ritmo de 'Stuck in the middle with you'. "Nos decían que estaba todo preparado y luego que no teníamos nada preparado, y ahora se vuelve a cambiar de discurso, con candidatos diciendo que la unilateralidad es un invento del Estado".

"ERC tiene que decidir qué quiere ser de mayor: si quiere construir un proyecto propio o seguir ofreciendo el Govern a los herederos de Convergencia", ha asestado a los republicanos. La aritmética electoral dirá a partir del 22-D cuánto y para qué valen los diputados de los 'comuns'. No hay que olvidar que la CUP, pese a ser la última fuerza en el Parlament, terminó siendo decisiva. De momento, Domènech ha descartado entrar en un Govern en el que esté el PDECat ni tampoco investir a Inés Arrimadas. "No estamos para poner a nadie en el Govern", ha contestado sobre si harían a Miquel Iceta 'president', añadiendo que "no seremos árbitros, seremos decisivos".

Aunque no gobernará con cualquiera, sí que ha reclamado grandes consensos para "un New Deal para Catalunya", un pacto de país abierto a "absolutamente todo el mundo" que permita "nueva relación de tú a tú" con España. Un acuerdo político, social y nacional que incorpore el impulso de una ley de la claridad, como la canadiense, para conseguir un referéndum pactado.