Con la losa de los malos pronósticos que le dan las encuestas y el estímulo de la posibilidad de que sus escaños sean decisivos en un complicado panorama poselectoral, el candidato de Catalunya en Comú, Xavier Domènech, exhibió ayer la carta que, en su opinión, solo pueden jugar los comuns: la carta social. Y advirtió, en relación a posibles alianzas de futuro, de que quiere «tender la mano a quien camina hacia políticas progresistas». Domènech afirma que Catalunya en Comú es la única «garantía progresista» entre las candidaturas a las elecciones del 21-D y marca dos líneas rojas en este campo a las que ha llamado a comprometerse a respetar a los partidos de izquierdas: la reversión de los recortes sociales y la puesta en marcha de una fiscalidad progresista.