La Audiencia de Barcelona condenó a dos años y cuatro meses de cárcel y a suspensión de cargo público a Jordi Arasa, inspector de los Mossos d’Esquadra, por las cargas policiales en la acampada de indignados en la plaza de Catalunya de Barcelona, el 27 de mayo del 2011. Histórico jefe de la unidad de antidisturbios de Barcelona, Arasa se ha visto inmerso en varias polémicas, algunas de las cuales han terminado en los juzgados, por actuaciones de orden público. En el 2014 ya fue condenado a pagar una multa por golpear ese mismo día a David Fernàndez, que sería diputado de la CUP tiempo después. La justicia le ha castigado con dureza y, si su defensa no presenta un recurso, deberá ingresar en prisión en los próximos días.

El fallo de la Audiencia considera que los golpes de porra que el entonces subinspector propinó a los dos indignados no estaban «justificados en ningún caso».