Los conductores que ayer circulaban por la autovía C-17 a su paso por Malla, cerca de Vic, en la provincia de Barcelona, se encontraron con una estampa que daría mucho que hablar a lo largo de la mañana: siete muñecos colgados boca abajo de un puente, algunos de ellos con las siglas de C’s, el PSC y el PP estampadas en el pecho. Detrás, una pintada pedía la libertad de los «presos políticos».

El macabro montaje avivó la eterna tensión del procés en las redes sociales, a tres días del inicio de la campaña electoral, hasta tal punto que desembocó en un dardo, una supuesta confusión, de la Guardia Civil a los Mossos, con disculpa final incluida. la organización Sociedad Civil Catalana fue la primera en quejarse públicamente de la performance. La entidad antiindependendentista publicó en Twitter la imagen de los monigotes, que adjuntó a este comentario: «Simulan el asesinato de votantes de C’s, PP y PSC».

El lunes, anunciaron, estudiarán si presentan una demanda.

El PP sí anunció ya, a través de un comunicado, que denunciaría los hechos ante los Mossos. El presidente del partido en Cataluña, Xavier García Albiol, atribuyó la acción al «fanatismo que han generado Oriol Junqueras y Carles Puigdemont». «El nivel de odio de algunos independentistas recuerda las maneras mafiosas del cártel de Medellín», sentenció.

«Ruptura de convivencia»

La polémica afloró también en la rueda de prensa del Consejo de Ministros, donde el portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo, tachó la aparición de los muñecos de «comportamiento antidemocrático» que demuestra «la ruptura de la convivencia» en Cataluña. Desde Barcelona, el delegado del Ejecutivo central, Enric Millo, la consideró «absolutamente deplorable» y una «falta de respeto» al pluralismo.

Desde los otros dos partidos afectados también se condenaron los hechos. El presidente de C’s, Albert Rivera, aprovechó para cortejar nuevamente a los socialistas, asegurando que ambos tienen el mismo rival, «los radicales separatistas» que les colocan en la diana. El partido naranja acudirá a la fiscalía para denunciar «un delito de odio». Por su parte, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, reaccionó a través de Twitter: «Nuestra rotunda condena ante actos execrables e intolerantes».

Mientras, en las redes, había quien especulaba sobre si la iniciativa había sido de independentistas o de constitucionalistas con fines partidistas.

Más allá de las reacciones de tuiteros y políticos, la controversia tuvo una deriva policial por un comprometido tuit de la cuenta oficial de la Guardia Civil, que ponía en duda la profesionalidad de la policía catalana, que investiga los hechos. «Si son los Mossos lo que investigan, vamos a ponernos cómodos…» Aunque el mensaje desapareció rápidamente, ya había circulado ampliamente por la red, por lo que la Benemérita colgó otro en el que se disculpaba con los Mossos y atribuía el comentario a un «terrible error» de un miembro del equipo de redes sociales. Unas disculpas que la policía autonómica agradeció y aceptó en un tuit.

En nombre de Podemos, la secretaria de Acción Institucional, Gloria Elizo, habló de «agresiones deleznables», que atribuyó al «descrédito» de la política. «Somos responsables todos», afirmó la dirigente morada.

Contra Sánchez-Camacho

Que el ambiente está caldeado es obvio. El miércoles, un tuitero escribió el siguiente comentario a la popular Alicia Sánchez-Camacho, secretaria primera de la Mesa del Congreso: «A ti te tendría que haber encontrado la Manada», en alusión a los cinco procesados por la violación de una joven en los Sanfermines del 2016. El grupo popular en el Congreso tachó de «inadmisible» el mensaje, que el autor borró poco después de su publicación. Los populares han anunciado, además, que denunciarán los hechos. Alicia Sánchez Camacho tildó el mensaje de a d «antidemócrata», «fascismo puro» y «machismo peligroso».