El embajador británico en España, Hugh Elliott, ha afirmado que no hay indicios de caída del turismo británico en Cataluña ha confiado en que siga siendo así: "No vemos ningún motivo para no seguir yendo a Cataluña. Es una parte estupenda de este país y tenemos la esperanza de que este turismo siga muy activo", ha dicho.

Elliott ha cifrado en más de dos millones los británicos que viajan a Cataluña cada año -de un total de 18 millones en el conjunto de España-, en un desayuno informativo de Nueva Economía Fórum en el que se le ha preguntado si los altercados provocados por radicales independentistas tras la sentencia del Tribunal Supremo sobre el 'procés' pueden incidir en las visitas.

El embajador ha rechazado en todo momento comentar la situación política de Cataluña por ser "un asunto interno" -"no sería diplomático", ha dicho- pero sí ha explicado el referéndum escocés de 2014, para recordar que se convocó con acuerdo del Parlamento de Edimburgo y del Parlamento "de todo Reino Unido" conforme a su Constitución, concretamente la Ley de Escocia de 1998.

BREXIT

Además, ha señalado que parte del acuerdo fue que el referéndum se convocaría "una vez en una generación" y por ello considera que "el tema del referéndum se cerró en 2014". Eso sí, también cree que la independencia de Escocia seguiría siendo tema de debate político con o sin Brexit, porque "los retos políticos no desaparecen por sí solos" sino que "se siguen hablando, es lo bueno de la democracia".

Elliott asume que en la Unión Europea, en estos momentos, el foco de la relación bilateral está puesto en "seguir el culebrón" del Brexit, pero ha incidido en que la intención de Reino Unido es seguir colaborando en asuntos importantes como el cambio climático, el libre comercio o la igualdad de género, sea cual sea el marco institucional. "Queremos un acuerdo de libre comercio que incluya bienes y servicios y nos gustaría que España fuese una voz partidaria de una relación profunda y ambiciosa", ha señalado, incidiendo así en la estrechísima relación económica y humana entre Reino Unido y España.

El diplomático también ha defendido que, desde el referéndum del Brexit de 2016, el Gobierno británico no ha hecho más que tratar de aplicar la voluntad de sus ciudadanos, al margen de que se pueda debatir sobre si "los referendos son una buena o mala idea". "Es una discusión legítima pero estamos donde estamos", ha dicho. En la misma línea, ha defendido que el referéndum de 2016 sigue siendo legítimo como fuente de expresión de la voluntad popular, y ha puesto en duda que la solución sea otro referéndum.