El histórico dirigente del PSOE Alfredo Pérez Rubalcaba se encuentra en estado de «extrema gravedad», según informó ayer el hospital universitario Puerta de Hierro de Majadahonda (Madrid), en el que ingresó el miércoles por la tarde tras sufrir un ictus. «Por deseo expreso de la familia, no se facilitará más información», concluía el escueto parte médico facilitado a mediodía sobre la salud del exvicepresidente del Gobierno, que anoche seguía en la unidad de cuidados intensivos (uci). El exsecretario general socialista, de 67 años, fue trasladado al centro tras sufrir un desvanecimiento en su domicilio. Los médicos le practicaron un cateterismo en el que fue disuelto el trombo y, aunque inicialmente se apuntó que estaba fuera de peligro, el hospital advirtió de que había que esperar a ver su evolución en las siguientes 72 horas. Tras pasar la noche «tranquilo», según fuentes cercanas, ayer su estado de salud empeoró y las muestras de apoyo de políticos de todos los colores se sucedieron a lo largo del día.

El empeoramiento de su estado de salud hizo que el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, que estaba en la cumbre europea en Sibiu (Rumanía), anticipara su regreso para estar con la familia del exlíder de su partido. Antes de tomar esta decisión, Sánchez le había definido como una «inspiración para todos» y trasladado públicamente el apoyo a la familia «de toda la familia socialista y de toda la familia política». También el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, quiso mostrar, en su comparecencia ante los medios de comunicación a mediodía, su «preocupación y emoción» por la evolución de Rubalcaba.

La Fundación Felipe González aplazó también un acto previsto para ayer por la tarde y el expresidente se desplazó al hospital. También fue José Luis Rodríguez Zapatero, en cuyo Gobierno Rubalcaba fue vicepresidente. Otros destacados nombres socialistas que acudieron fueron Javier Solana, Cristina Narbona, José Luis Ábalos, Adriana Lastra, Valeriano Gómez, José Blanco, Antonio Hernando y Susana Díaz.

CONDOLENCIAS / El exfiscal general del Estado Cándido Conde Pumpido también se acercó al centro hospitalario. La familia recibió, además, la llamada de Felipe VI y, entre otros, de la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena; del expresidente Mariano Rajoy y del exvicepresidente Alfonso Guerra.

El ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, aprovechó su discurso en un homenaje en Bilbao a los policías Eduardo Puelles y María José García, asesinados por ETA, para destacar el papel que tuvo Rubalcaba en el fin de la banda terrorista. Marlaska quiso rendir «un justo agradecimiento y recuerdo» al también extitular de Interior por su «inteligente y magnífica labor» en un «momento decisivo» para «la derrota» de ETA.

Recordó que el 3 de mayo hizo un año del anuncio de la disolución definitiva de la banda, después de que el 20 de octubre del 2011 comunicara el fin de su actividad armada.