El empresario sevillano Manuel Muñoz que se abalanzó sobre la dirigente de Podemos Andalucía Teresa Rodríguez y simuló besarla en la boca se enfrenta a un año y nueve meses de cárcel, según la petición formulada por la Fiscalía de Sevilla. Según fuentes jurídicas, el ministerio público mantiene, como ya hizo cuando asumió la denuncia de Rodríguez, que el propósito del investigado fue “pisotear” la dignidad de la persona ofendida con un acto de contenido claramente “sexista”.

Para el juez instructor, los hechos investigados podrían ser constitutivos de un delito contra el orden público, dado que Rodríguez es una autoridad pública, o bien un delito contra la integridad moral. La Fiscalía no parece tener en cuenta las explicaciones de que todo fue una broma sacada de contexto. El empresario ya alegó que había tomado unas copas para justificar su acción, de la que pidió disculpas, que se produjo porque la víctima era oriunda de Cádiz y entendería el espíritu jocoso. Posteriormente, esgrimiría que la diputada andaluza “no es una persona timorata” que se sienta “gravemente humillada, ultrajada y moralmente degradada” ante el simulacro de un beso.

Así, en su escrito de acusación, adelantado por Europa Press, la Fiscalía pide para el acusado un año de prisión y el pago de una multa de 1.200 euros por un delito de atentado y nueve meses de cárcel por un delito contra la integridad moral. Además, establece una indemnización de 6.500 euros “por los perjuicios personales ocasionados”.

Insiste que el acusado actuó como lo hizo “con la intención de menoscabar su dignidad como mujer y sabedor de su condición y de la actividad que desempeñaba” Rodríguez, que acudió al acto de inauguración en calidad de miembro del Parlamento de Andalucía por la formación Podemos Andalucía, y portavoz de la misma. Y considera que ésta “no tuvo capacidad de reacción por lo inesperado de la situación”, por lo que se marchó de inmediato manifestando su “malestar” por lo ocurrido.

Comportamiento "desafortunado"

En este punto, el ministerio público asume el relato de hechos realizado por la denunciante. El pasado 20 de diciembre de 2016, al finalizar la inauguración de una exposición fotográfica, el responsable de éste órgano insistió a Rodríguez en que subiera a conocer la planta noble del edificio, donde se había celebrado una copa de Navidad. La parlamentaria accedió a ello y mientras intercambiaba un saludo con el presidente de la Cámara, del despacho de éste salió el empresario Manuel Muñoz, en aquel entonces vocal de la junta directiva, para presentarse. En presencia de varias personas más que no reprendieron la actitud de su compañero, Muñoz rodeó a la diputada con su brazo, llegando a empujarla, mientras ponía la otra mano sobre la boca de la parlamentaria, “besándose su propia mano, en lo que simulaba ser un beso en los labios” a Teresa Rodríguez. Ninguno de los que presenciaron la escena le recriminaron su acción.

El acusado ha recurrido el auto de procesamiento, pidiendo el sobreseimiento de la causa, al entender que se trató de un comportamiento “desafortunado” no enclavado en tipo penal alguno. Sin embargo, la juez rechaza que la conducta “vejatoria” del empresario sea una broma, por cuanto ni víctima ni investigado se conocían antes “ni consta hubieran mantenido una conversación dilatada y en tono de familiaridad” tal que permitiera realizar una la broma de mal gusto. La propia Rodríguez señaló tras declarar ante la jueza que “este tipo de cosas no son bromas, sino que son delitos” y que la ley debe "proteger" a las víctimas.