"Si algo estaba pasando con sus concejales, que eran también sus amigos, ella lo tenía que saber". 'Ella' es Rita Barberá, la exalcaldesa de Valencia, que este lunes ha declarado en el Tribunal Supremo en calidad de imputada por un posible caso de blanqueo de dinero y de financiación ilegal de su última campaña electoral. Y quien lo dice es el periodista Sergi Castillo, autor del libro 'Yonquis del dinero. Las diez grandes historias de la corrupción valenciana', que se acaba de presentar y que sostiene que Barberá "ha controlado todo" lo que pasaba en el PP valenciano. "Aquí no volaban las palomas si ella no les daba permiso", afirma.

El suertudo, ambicioso y listo Eduardo Zaplana, el ya condenado Rafael Blasco, el "bufón" Alfonso Rus, "la polla insaciable" de Enrique Ortiz o el colocador Carlos Fabra comparten con la senadora las páginas de un relato que cifra en más de 15.000 millones "la factura de la corrupción y del despilfarro" en la Comunitat Valenciana. "Ahí van incluidos los 5.200 millones de los grandes eventos, que escondían grandes pelotazos e irregularidades y que fueron fundamentales en el relato para que la gente creyera que el PP nos había puesto en el mapa, que gracias a ellos éramos algo", explica Castillo.

El periodista cuenta que durante los mandatos de Barberá "el ayuntamiento era como si fuera su casa", con su familia trabajando alrededor suyo, el coche aparcado en el garaje y derecho de admisión en el balcón municipal. "Solo faltaba el telefonillo bajo que dijera 'Rita Barberá'", afirma.

"PENSABAN QUE NUNCA LES PILLARÍAN"

El caso por el que la exdirigente popular ha acabado en el Supremo confirmaría la tesis que sostiene el libro apoyado en las investigaciones realizadas. "La propia fiscalía y la Guardia Civil dicen que hemos estado bajo una organización criminal, donde había mucha gente coordinada que se dedicaban a lucrarse de las arcas públicas y una parte del dinero iba a sus bolsillos y, aparentemente, otra parte iba al Partido Popular, que es la entidad que garantizaba que ese régimen se pudiera mantener", defiende. "Pensaban que nunca les pillarían, esa es la ventaja que tenemos", destaca.

El libro toma su título de la frase que utilizó Marcos Benavent, el arrepentido de los casos Imelsa y Taula, para describirse a sí mismo. "Yo era un yonqui del dinero, me he llevado de todo, dinero, caja y comisiones", dijo cuando, tras meses oculto, reapareció con melena, tatuajes, collares y un sospechoso aire místico. "Tiene mérito que haya confesado porque si no es desde dentro no habríamos sabido qué hubiera pasado pero ha creado un personaje que no me creo. Se vio obligado a dar ese paso porque su suegro le pilló las grabaciones y las puso en manos de Esquerra Unida. La suya es una figura de película y esa aparición con esas pintas fue lo que me llevó a este libro. Es todo muy peliculero, hemos vivido trama y escenas de Hollywood", asegura.

CORRUPCIÓN PARA RATO

"Bandas rivales luchando por hacerse con su parte del pastel de la visita del Papa, el 'caso Cooperación' robando el dinero a los pobres como un Robin Hood a la inversa, el yate de las orgías de Enrique Ortiz... Hay partes del libro que son para reír, otras que dan asco y otras que hacen reflexionar", culmina. Y es que, como se dice en el prólogo, estas historias dejan a 'Los Sorprano' o a 'House of Cards' "en un juego de niños". Pero Castillo advierte de que esta serie no ha acabado. "Queda mucho por salir, la Feria, la Fórmula 1... muchas cosas en los cajones. Por desgracia, queda corrupción para rato", apunta.