Mano tendida pero con matices notables. Esta es la respuesta de ERC y de Junts per Catalunya (JxCat) al anuncio del presidente del Gobierno en funciones y candidato a la reelección, Pedro Sánchez, de inicar una ronda de reuniones con diferentes partidos a finales de agosto, que incluirá a las fuerzas «nacionalistas» (en palabras de Sánchez) catalanes. El entusiasmo en el independentismo es escaso. En cualquier caso, fuentes de ERC responden: «Ya era hora de que Sánchez vea que lo que hay que hacer es hablar. No puede actuar con la prepotencia y la falta de respeto con la que lo ha hecho hasta ahora». Y en este sentido denuncian que no se puede «menospreciar a más de un millón y medio de votos». En ERC recuerdan que siempre han estado dispuestos al diálogo, a hablar «con todo el mundo» y a «negociar, es decir, a hacer política». Los republicanos subrayan que negociar implica no excluir a la fuerza ganadora de las elecciones en Cataluña. «Por tanto, bienvenida la rectificación», concluyen.

La jefa de filas de JxCat en el Congreso, Laura Borràs, opinó ayer que el líder del PSOE «va cambiando de manera de pensar». «Un día no quiere saber nada de los independentistas catalanes y otro día quiere hablar con los nacionalistas catalanes», apuntó Borràs, que advierte de que en JxCat saben de qué quieren hablar y para qué: «Para resolver políticamente un problema político». Por ello, pidió a Pedro Sánchez que hable con todos «de tú a tú, de igual a igual».