La primera encuesta tras el anuncio de Quim Torra de que este año habrá elecciones catalanas dibuja un Parlament con importantes diferencias con el actual y deja varias batallas abiertas. El estudio del Gabinete de Estudios Sociales y Opinión Pública (GESOP) pronostica la victoria de ERC, la caída en picado de Ciudadanos -ganador en el 2017-, un crecimiento leve de PSC y los comunes y la lucha entre Vox y el PP en la franja baja. También constata que los dos gobiernos más probables tras el paso por las urnas son una reedición del acuerdo independentista actual, esta vez con los republicanos como hermano mayor de JxCat, y un tripartito de izquierdas.

La semana política catalana ha sido intensa. El lunes, la Mesa del Parlament, presidida por Roger Torrent, dejaba sin escaño al presidente de la Generalitat. El martes, los presos independentistas daban una pequeña tregua al independentismo, que Torra rompió el miércoles anunciando elecciones en una fecha aún por determinar y lanzando duros ataques contra ERC.

Como reflejan todas las encuestas desde hace meses, Esquerra ganaría esta vez las elecciones. Su leve crecimiento (obtendría entre 33 y 34 diputados, por los 32 actuales) le permitiría imponerse ante la caída de sus principales rivales. Junts per Catalunya, que logró 34 representantes en el 2017 con Carles Puigdemont como candidato, se quedaría entre 29 y 30. Y Ciudadanos, que ganó aquellas elecciones, descendería hasta los 16 o 17 y bajaría hasta el cuarto puesto.

Pese al descarnado desencuentro plasmado en los últimos días, el pacto entre ERC y JxCat seguiría siendo la opción de gobernabilidad más clara tras los comicios. La situación, en términos de bloques, sería parecida a la actual. Los dos grandes partidos independentistas no suman mayoría absoluta -en el mejor de los casos obtendrían 64 escaños, lejos de los 68 necesarios- y necesitarían de nuevo a la CUP. Los anticapitalistas, que al menos doblarían sus cuatro diputados actuales -lograrían ocho o nueve-, han dado muestras en la legislatura que agoniza de su incomodidad con el papel de bisagra.

La suma de todos los partidos independentistas tampoco alcanzaría en esta ocasión el 50% de los votos. Esa frontera es el gran objetivo estructural del soberanismo, tras el fiasco del intento unilateral de octubre del 2017 cuando contaban con el apoyo del 47,8% de los catalanes. Según el sondeo del GESOP, los votos a ERC (22%), JxCat (19%) y CUP (6,6%) sumarían en las próximas elecciones el 47,6%.

El descalabro de Ciudadanos, que perdería más de la mitad de sus 36 diputados para quedarse en 16 ó 17, alimenta no solo al PSC sino también al PP, que ganaría uno o dos representantes y, sobre todo, a Vox, que entraría con fuerza en el Parlament: lograría seis o siete escaños, y adelantaría al PP.