La reforma del Estatuto vasco comenzará su fase decisiva en el Parlamento vasco sin superar los disensos entre los partidos en cuestiones centrales como el derecho a decidir, la relación de Euskadi con el resto de España y con el rechazo explícito del PP, que reclama que se paralice este proceso porque advierte de que puede desembocar en una propuesta inconstitucional.

La Ponencia de Autogobierno de la Cámara de Vitoria acordó el pasado año un documento en el que se contienen las bases en las que debería sustentarse una reforma estatutaria, que contó con el apoyo total del PNV y EH Bildu, parcial de Elkarrekin Podemos y la oposición de PSE y PP, en el que se recoge una consulta ciudadana no vinculante sobre la propuesta de reforma una vez aprobada por el Parlamento y una relación con el Estado «singular, bilateral y de naturaleza confederal en el marco constitucional».

Este órgano parlamentario encargó posteriormente a un grupo de juristas, designados por los partidos, la redacción de un texto articulado de reforma de esta norma que estuviese en «congruencia» con las bases pactadas. Esta comisión de expertos culminó ayer su encomienda sin haber logrado superar los disensos de los partidos ni conseguido un texto de consenso por lo que llevarán a la ponencia tres documentos: el firmado por los juristas designados por el PNV, Elkarrekin Podemos y PSE-EE; el elaborado por el del PP; y un tercero redactado por el de EH Bildu.

La propuesta de los juristas nombrados por los partidos que integran el Gobierno Vasco (PNV y PSE-EE) y por Elkarrekin-Podemos también refleja las diferencias entre sus firmantes en aspectos como el derecho de autodeterminación, que se recogen en distintos votos particulares. El PNV defiende que este derecho sea pactado con el Estado, la coalición morada añade que debe ser legal, y los socialistas lo rechazan de plano por estar al margen de la Constitución.

CONDENADA AL FRACASO / El experto del PP, Jaime Ignacio del Burgo, vaticinó que la ponencia está condenada al fracaso porque parte de unas bases «manifiestamente inconstitucionales», mientras que para EH Bildu constituye «un paso atrás» con respecto al plan Ibarretxe porque lo que propone es «una reforma del Estatuto dentro de la Constitución».

Desde el PNV, su diputado Aitor Esteban aseguró en este sentido que su partido «no ha renunciado en absoluto» a las bases que pactó con EH Bildu y pidió «mayor flexibilidad y menos radicalidad» para buscar un «terreno común» y poder hablar de «lo que es posible y de lo que no».

Pese a las discrepancias, el lendakari, Iñigo Urkullu, defendió que el escenario «puede ser propicio» para que el «sistema singular de autogobierno encaje en un nuevo modelo territorial plural», y apostó por un acuerdo que reconozca la «realidad nacional vasca» y la plurinacionalidad» del Estado.

Una vez que la Ponencia de Autogobierno reciba los textos le tocará determinar la agenda de trabajo de los próximos meses para tratar de redactar una proposición de ley de reforma de Estatuto lo más consensuada posible, que no verá la luz esta legislatura, la cual acabará, previsiblemente, en septiembre del 2020. La próxima reunión de esta ponencia podría celebrarse el próximo día 11 de diciembre.