E l juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón ha imputado al exministro del Interior Jorge Fernández Díaz en la pieza del caso Villarejo en la que investiga el espionaje al que, al menos entre el 2013 y el 2015, se sometió al extesorero del PP Luis Bárcenas para intervenirle documentos comprometedores para el partido que pudiera guardar. Lo cita a declarar el 30 de octubre y, de momento, sitúa en el Ministerio del Interior el «centro nuclear» del «dispositivo parapolicial» conocido como operación Kitchen, argumento que usa para no imputar todavía a la exsecretaria general del PP y exministra de Defensa María Dolores de Cospedal y a su marido, Ignacio López del Hierro.

La Fiscalía Anticorrupción solicitó la imputación de los tres, a partir de las grabaciones intervenidas al principal imputado, el excomisario José Manuel Villarejo, y los mensajes que el exsecretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, guardaba en su móvil. Entre ellos, varios SMS del propio Fernández Díaz en los que le recordaba la importancia del chófer de Bárcenas, Sergio Ríos, en la operación.

Para decidir si imputa a Cospedal y López del Hierro, el juez ha vuelto a citar a Martínez, número dos de Fernández Díaz, a declarar como imputado el 29 de octubre. Es la tercera vez que es llamado, pero hasta ahora no ha declarado. Quiere aclarar qué sabía la exsecretaria general del PP, porque considera que, de momento, solo hay referencias de terceros sobre su conocimiento. Además, Andrés Gómez Gordo, policía al que se llevó a Castilla-La Mancha como director general cuando fue presidenta autonómica, negó ante el juez haber recibido indicaciones del matrimonio sobre la operación en la que él se encargó de contactar con Ríos.

El juez, además, cita a declarar entre el 22 y el 26 de octubre a varios testigos, todos ellos en Interior cuando se articuló el dispositivo. Son el que era director de comunicación, Juan José Esteban; el sacerdote Silverio Nieto; el exjefe de gabinete de Martínez, Jorge Sanchis, e Icíar Castro Álvarez. Con esta última, Martínez se muestra dolido por su imputación, y ella responde que estuvieron en una «piscina de tiburones».

El cura reenvió un mensaje de Martínez al excomisario Enrique García Castaño, también imputado, que decía: «Según me dice mi abogado, además de cuestiones formales, la defensa mañana exige entregar en el juzgado las actas notariales en las que constan los mensajes recibidos a lo largo del 2013, 2014, con instrucciones muy claras y explícitas sobre los supuestos operativos policiales de las que trata todo esto (cuya legalidad siempre me pareció clarísima) y que necesariamente conlleva la situación de Jorge y probablemente Rajoy. Desde luego, nada más lejos de mi deseo».

El auto considera «necesaria, útil y pertinente la comparecencia de Fernández Díaz, toda vez que «las investigaciones practicadas hasta el momento permiten situar el centro nuclear de la operación en el Ministerio del Interior. Es el momento, dice el juez, «de ahondar en indicios tangibles (...) de los que se desprenden hechos graves presuntamente cometidos por servidores del Estado». H