El exministro del Interior Jorge Fernández Díaz será desde este miércoles el presidente de la comisión de Asuntos Exteriores y de Cooperación del Congreso de los Diputados, la misma Cámara que le reprobó el pasado mes de octubre por su actuación en la‘Operación Cataluña’. Tras salir del Gabinete de Mariano Rajoy, el PP lo ha propuesto para ocupar el cargo, un nombramiento que se producirá por mayoría simple, con el 'sí' popular y deCiudadanos y la abstención del PSOE. El portavoz socialista,Antonio Hernando, indicó el lunes que su partido votará "seguramente" en blanco porque, aunque no creen que el exministro sea la persona más indicada, deben respetar los cupos de reparto de presidencias de comisión en el Parlamento. Ciudadanos también se ha mostrado a favor de esta distribución.

En las votaciones para las presidencias de las comisiones en el Congreso no existe la posibilidad de votar en contra, de forma que la abstención es el máximo signo de rechazo y los votos del PP blindan la cartera para Fernández Díaz. El único modo de intentar impedirlo sería que el PSOE presentase un candidato alternativo, pero esto vulneraría el tradicional acuerdo de reparto de presidencias de comisiones parlamentarias.

CUMPLIR CON LA PALABRA DADA

"Es un exministro con una comisión de investigación pendiente y que ha sido reprobado por el Congreso. No vamos a competir por la presidencia de la comisión, no vamos a presentar candidato, pero no votaremos a Fernández Díaz", ha señalado Antonio Hernando. El PP ha exigido que se cumpla el pacto institucional. “En el Parlamento hay que ser serios y cumplir la palabra dada", ha reclamado el portavoz de Exteriores del Grupo Popular, José Ramón García.

La decisión de Rajoy de compensar a Fernández Díaz tras su salida como ministro ha soliviantado a la oposición, que no le considera adecuado para desempeñar ese cargo, puesto que ha sido reprobado por la Cámara baja y, además, se ha aprobado la creación de una comisión de investigación para esclarecer si utilizó el ministerio del Interior para articular una policía política en contra de los partidos adversarios del PP. Esta comisión, a la que el Congreso dio luz verde el pasado 27 de septiembre, se ha venido posponiendo y, tras la queja de Podemos la semana pasada, es de prever que se ponga en marcha en las próximas horas. El primer trámite será constituirla y que cada grupo nombre a sus portavoces.