El ministro del Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz, ha aprovechado el acto de entrega de despachos de teniente a oficiales de la guardia Civil en Aranjuez (Madrid) para subrayar que este cuerpo de seguridad es uno de los instrumentos de que dispone el Gobierno central para hacer cumplir la ley y el orden constitucional.

Tras la ceremonia oficial, Fernández Díaz se ha referido a la situación en Catalunya tras la investidura de Carles Puigdemont como nuevo presidente de la Generalitat --que ha prometido aplicar de inmediato la declaración rupturista-- y ha confiado en que "impere el sentido común y de la responsabilidad" para que el Gobierno no tenga que utilizar ninguna de las medidas que la ley permite para frenar una posible ruptura de esa comunidad conEspaña.

Ha dejado claro que él, como ministro del Interior, no tiene ninguna indicación en particular al respecto, "y si la tuviera, no la comentaría", ha dicho, pero ha explicado que el Gobierno "sabe", como el conjunto de los españoles, que "tiene en la Guardia Civil un instrumento" a sus "órdenes" para "defender en todo momento y en todas circunstancias, el ordenamiento jurídico y la Constitución".

LAS PRERROGATIVAS DEL EJECUTIVO EN FUNCIONES

Fernández Díaz ha asegurado que a pesar del hecho de que el Gobierno esté en funciones, éstas no las tiene limitadas para "preservar el ordenamiento constitucional". "Que nadie tenga ninguna duda", ha recalcado.

"Confiemos en que el sentido de la responsabilidad se imponga y no se pretenda desplegar lo que esa resolución nula establece", ha enfatizado el titular de Interior antes de asegurar que el Gobierno actuará con "proporcionalidad, gradualismo y prudencia, pero con firmeza y con convicción". "Que nadie lo dude: con la unidad de España no se juega", ha apostillado.

Respecto de la intención de Puigdemont de aplicar de inmediato al resolución que iniciaba el camino de desconexión con España que explicitó en su discurso de investidura, Fernández Díaz ha señalado que las palabras "se las lleva el viento" y que "obras son amores y no buenas razones", porque "una cosa es hablar y otra, actuar". A su juicio, la sesión de este domingo en el Parlament no fue más que la investidura del 130º presidente de la Generalitat, que tiene "su legitimidad en la Constitución española y el Estatut". "Las palabras se las lleva el viento. Lo que es, es y no deja de serlo porque a alguno se le vaya un poco mas allá la lengua", ha aseverado.