En su declaración ante el Tribunal Supremo, el actual jefe de los Mossos d'Esquadra, Ferran López, defendió el operativo del cuerpo durante el referéndum del 1-O y aseguró que la única razón por la que sus agentes no cerraron más colegios fue porque no disponían de más efectivos para llevar a cabo la orden de la Fiscalía Superior de Cataluña.

Durante las tres horas de declaración, en calidad de testigo, en la causa que instruye el juez Pablo Llarena contra los que promovieron la consulta sobre la independencia, López también manifestó que los mandos de los Mossos no recibieron instrucciones del Govern para favorecer el referéndum. En la misma declaración, que publica este sábado El Confidencial, López explicó que los mossos no disolvieron hasta las dos de la madrugada la concentración del 20 de septiembre frente a la Consejería de Economía y Hacienda porque, durante el día, los manifestantes estaban "bebidos" y había riesgo de que usaran armas.

Para evitar males mayores. "Cuando se hizo la carga, que debían ser las dos de la madrugada, aproximadamente, el número de manifestantes era muy menor al del resto del día, las fuerzas que teníamos eran mayores que las del resto del día, y además hubo un hecho", explicó López, "que juntadas estas dos cosas también se están viendo por imágenes: que algunos manifestantes estaban manifiestamente bebidos, la mayoría, en malas condiciones, estaban vandalizando los coches aún más de la Guardia Civil, y como teníamos información de que había armas dentro de los vehículos pues tuvimos el temor de que en esta situación, pues accedieran a los vehículos, cogieran las armas y a partir de la situación se descontrolase"