La desescalada no será igual para toda España. Tras comenzar el lunes la fase 0, con la excepción de las islas canarias de La Gomera, El Hierro, La graciosa y la balear de Formentera, que pasaron directamente a la 1, el resto del país afronta el siguiente paso del desconfinamiento de manera heterogénea, incluso en los mismos límites de una comunidad o provincia. El plazo que terminó ayer para que las autonomías pudieran solicitar a Sanidad el salto a la fase 1 puso de relieve las diferencias.

Aunque la mayoría así lo hizo, e incluso alguna reclamó pasar a la 2 en determinados puntos de su territorio, como Aragón y Asturias, también hubo otras que declinaron hacerlo. Es el caso de, por ejemplo, Castilla y León, que solicitó mantener en la fase 0 a sus capitales de provincia y que solo 53.000 habitantes de 26 zonas básicas de salud del ámbito rural pasen a la denominada fase 1. Otras, como Andalucía, propusieron cambiar de fase en 30 de sus 33 distritos sanitarios, estableciendo «condiciones» para los tres restantes, los de Málaga, Granada y el área metropolitana de esta última.

«evitar la ruina» / En el escenario que se le plantea al ministerio destacan las peticiones de Madrid y Cataluña, dos de los territorios más poblados y más castigados por el covid-19. El Gobierno de Ayuso sí que reclamó el cambio, mientras que el Govern prefirió seguir en la fase 0, salvo en algunas zonas. De esta forma, Cataluña anunció que mantendría a gran parte de su territorio, incluida Barcelona, clausurado hasta que los indicadores que reflejan la incidencia de la pandemia mostraran que es seguro relajar las medidas. Poco después, la Comunidad de Madrid declaró su intención de volver a abrir la capital con un refuerzo de las medidas de prevención, como es el uso de mascarillas sanitarias. Ambas propuestas serán evaluadas por Sanidad, que tendrá la última palabra sobre qué territorios pasarán a partir del lunes a la fase 1 y qué zonas seguirán una semana más como hasta ahora. La propuesta de la Generalitat pasa por levantar el confinamiento por regiones sanitarias, priorizando la desescalada en Tierras del Ebro, Campo de Tarragona y Alto Pirineo-Arán desde el lunes.

Madrid, en cambio, pedirá al ministerio avanzar a la fase 1, en la que se prevé una mayor apertura de las actividades sociales y comerciales. El vicepresidente y portavoz del Gobierno regional, Ignacio Aguado, explicó que la decisión se basa en la necesidad de que «se vuelvan a reabrir miles de negocios» para «evitar la ruina de miles de autónomos y trabajadores». «La propuesta de Madrid es pasar a la fase 1 con la obligatoriedad del uso de la mascarilla en los espacios cerrados. Como no hay vacuna ni tratamiento, hay que aprender a convivir con el virus y eso se hace usando mascarillas», señaló en declaraciones radiofónicas.

Aguado también anunció que la Comunidad repartirá en los próximos días 14 millones de mascarillas FFP2, que mitigan las posibilidades tanto contagiar como contraer la infección, dos por cada madrileño. «Tendremos que vivir pegados a las mascarillas», señaló. La decisión se tomó tras un debate en el que se enfrentaron las posturas de Ayuso (PP), que consideraba que Madrid todavía tenía que reducir el porcentaje de enfermos en la uci, y Aguado (Cs), que defendía que la región está preparada para pasar a la fase 1, ya que tiene «un sistema sanitario robusto».

Baleares y Murcia fueron, el martes, las primeras comunidades en solicitar el desconfinamiento en todos sus territorios. Será Illa quien decida finalmente qué territorios pasan de fase. Lo hará de modo razonado a través de una orden ministerial, según avanzó ayer el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES).

El ministro de Sanidad tomará la decisión en función de los informes del grupo técnico integrado por doce expertos de la direción general de Salud Pública entre los que figura el propio Simón.