La presidenta del Parlament, Carme Forcadell, ha afirmado, tras la decisión del TC de llevar a la fiscalía su presunto desacato al alto tribunal, que volvería a permitir la votación del polémico documento soberanista (las conclusiones de la comisión de estudio sobre el proceso constituyente) que generó una actuación del Tribunal Constitucional contra ella y la Mesa del Parlament por desobedecer un aviso previo de que se incurría en inconstitucionalidad porque tales conclusiones emanaban de la declaración del 9-N del 2015 ya anulada por el TC.

En una comparecencia junto a los tres miembros de la mesa soberanistas (Ramona Barrufet, Lluís Corominas y Anna Simó), Forcadell ha sido contundente: "Hice lo que tocaba y lo volvería a hacer sin ninguna duda". Forcadell ha argumentado que el Parlament y su mesa han de dar voz a todas las iniciativas de los grupos y que lo sucedido con la votación tuvo lugar en un pleno del Parlament, en el transcurso del cual son los diputados con su voto los que deciden y no la Mesa, que se limita a ordenar el debate.

Forcadell ha cargado contra la falta de separación de poderes en el Estado y la persecución de determinadas ideas, de tal forma que se exige a la Mesa que censure determinadas iniciativas. Ante ello, en un discurso desafiante, ha afirmado: "Tengo una mala noticia para aquellos a los que no les gusta que se hable y se debata en un Parlmaent, y es que no conseguirán pararnos, atemorizarnos, coartar la libertad de expresión, el derecho de iniciativa de los diputados, en este Parlament se seguirá hablando de todo”

Forcadell ha evitado pronosticar qué hará la fiscalía con el caso que le traslada el Constitucional, pero ha reiterado que como presidenta garantizará el derecho a las iniciativas parlamentarias. Y ha insistido en que tiene el "absoluto convencimiento de que hice lo que tenía que hacer, que el Parlament hizo lo que tocaba, cumplir el reglamento, permitir que todos se puedan expresar y votar".

"PRETENDEN CENSURAR EL DEBATE"

En una intervención netamente política y decantada hacia las tesis soberanistas, Forcadell ha sido especialmente dura respecto a las instituciones del Estado. "No por previsible -ha asegurado- hay que dejar de denunciar la falta de separación de poderes en el Estado y la constante judicialización de la vida política y pública con amenazas a golpe de tribunal a representantes de la ciudadanía". Una referencia implícita a la decisión del Supremo de pedir el suplicatorio al Congreso para juzgar al 'exconseller' Francesc Homs por el 9-N. "Los que son incapaces de afrontar políticamente los problemas sólo les queda usar a los tribunales de una forma tan torticera como en este caso", ha subrayado.

"NO ES UNA CASUALIDAD"

La portavoz del Govern y 'consellera' de Presidencia, Neus Munté, ha salido en defensa, minutos después, de Forcadell y de Homs. Ha afirmado que esta es "la España qeu quiere ayudar a Catalunya, la que ofrece diálogo, como decía el señor Garcia Albiol". Munté ha criticado también la falta de separación de poderes, a su juicio, en España. Y ha dicho que "no es una coincidencia, no es una casualidad" que estas decisiones del Constitucional y el Supremo lleguen el mismo día que el Parlament vote de nuevo a favor del referéndum en las conclusiones del debate de política general.

Munté ha defendido el compromiso del Govern con el proceso soberanista y a Forcadell por haber actuado como presidenta de un Parlament democrático. "Se escala un peldaño en la persecución judicial" a una cuestión que, ha subrayado, debería resolverse de forma política y democrática. "Ponen en entredicho la separación de poderes", ha denunciado la consellera, que ha respondido, sobre el cumplimiento de las sentencias, que "las sentencias y los mandatos democráticos se han de cumplir y respetar".