En las últimas 48 horas de cuenta atrás para la exhumación de Franco, el grave silencio que estos días mantenían los frailes del Valle de los Caídos se ha tornado en inusitada actividad. Han enviado una protesta al Tribunal Supremo, otra a la Delegación del Gobierno en Madrid, y cuatro denuncias al Papa, al arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, a la Conferencia Episcopal Española y a Philippe Dupont, abad de Solesmes y líder de los benedictinos.

Su argumento: operarios de Patrimonio Nacional y guardias civiles están rompiendo la inviolabilidad de su templo católico. Es la misma idea que contiene otra denuncia más, esta presentada este miércoles ante el juzgado de guardia de San Lorenzo de El Escorial (Madrid), y que es también fruto de esta inédita agitación.

La denuncia de los frailes supervisada por el abogado Ramón Pelayo, experto en mediación que se inició defendiendo a José María Ruiz Mateos en 1985, durante su fuga y detención en Alemania- relata que la Guardia Civil que blinda el Valle estos días, "sin autorización judicial que lo permitiera, accedió y deambuló por dependencias de la Abadía y, lo que es más grave, accedió y deambuló por la Basílica sin autorización eclesiástica alguna y ocupándola durante las 24 horas del día, vulnerando, de esta manera, tanto el derecho a la inviolabilidad domiciliaria como el derecho a la libertad religiosa".

FUERZA DE OCUPACIÓN

La frase aparece en un comunicado que los monjes han hecho público este miércoles. En un texto que no tiene precedentes en el imaginario de la derecha española, los benedictinos se dicen sin "garantía alguna" de que los guardias civiles "no contravinieran el carácter sagrado del templo, desconociendo si se han producido actuaciones incompatibles con el culto, la piedad o la religión, ya que no se ha permitido la más mínima vigilancia por parte de esta Comunidad".

La frase reacciona al último detalle de la "ocupación" que para los frailes supone el blindaje policial: este lunes, cuando iban a acceder a la basílica por un pasadizo de la abadía, toparon con una cadena cerrada con candado por la Benemérita.

Cuando el prior del Valle, Santiago Cantera, bendiga los restos de Franco al salir de su actual tumba, el monje estará convaleciendo de una grastroenteritis que padecen nueve de los quince monjes de la abadía. El mal le golpeado "por culpa del estrés", dice una fuente cercana, pero no le impedirá concelebrar con el sacerdote Ramón Tejero, hijo de Antonio, el teniente coronel golpista, la misa de reinhumación de Franco en Mingorrubio.

La nota emitida por Cantera y sus hermanos traduce los gritos de "traidores" que, el pasado 12 de octubre, 40 franquistas congregados a la puerta del Valle gritaron a los agentes que les impedían el acceso a la misa de once. Fue el inicio de la hasta ahora inédita discordia entre los franquistas y los guardias civiles. Y también el de un pulso en la Iglesia de Madrid.

De hecho, la protesta de los frailes ha salido de Cuelgamuros al tiempo que, en la ciudad de Madrid, aparecían pintadas contra el arzobispo Osoro. Los grafitti de "Osoro traidor" y "curas Judas" llevan un día en las paredes de edificios clave, como la sede la Nunciatura, e ilustran la irritación del ala más derechista de la Iglesia con el arzobispo por no oponerse a la exhumación.

GRITOS EN MISA

"La iglesia de Madrid está en cisma explica Pilar Gutiérrez, hija de ministro franquista y presidenta del también franquista Movimiento por España-. En realidad toda la Iglesia está en cisma. Pero en Madrid más por la infiltración de la masonería. A Osoro, que simpatiza con los comunistas, solo le siguen los subvencionados de los chiringuitos del Obispado".

Fuentes cercanas a la sede arzobispal niegan tal situación, y también que "sectores ultramontanos" representen "en ninguna medida a la Iglesia de Madrid"

Una muestra del clima de enfrentamiento se vivió el domingo 20 de octubre en el santuario del Movimiento Apostólico Schoenstatt, en la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón, feudo electoral del PP, y la ciudad de mayor renta per cápita de España.

En la misa por el 20 aniversario del santuario, cuando llegaron las preces, una feligresa gritó la suya : "Por que no profanen la tumba de Franco!". Y aún otra: "Por los frailes del Valle de los Caídos!".

Se montó un alboroto. Los organizadores llamaron a la Policía, y una patrulla expulsó a las peticionarias y a un grupo de seguidores.

CRUX PREVALET

Estos días de espera en el Valle de los Caídos, mientras la tensión se respiraba en los pasillos de la abadía, grupos conservadores de adoración nocturna y de kikos los seguidores del conservador Camino Neocatecumenal- han acudido a solidarizarse con los frailes y rezar en el recinto. Entre los orantes, viejos militantes de Fuerza Nueva y de la Alianza Popular de la Transición, que convertían el lugar en una reedición de su propio Palmar de Troya.

Entre tanto, los frailes guardaban silencio salvo en las redes sociales. Estos días han emitido mensajes basados en pasajes bíblicos. Hace una semana, cuando la Guardia Civil cerró el Valle: "Dios mío, los gentiles han profanado tu heredad, han profanado tu santo templo".

El viernes 11, cuando el Consejo de Ministros emitió su acuerdo para la exhumación, los frailes colgaron en las redes un "si Dios con nosotros, quién contra nosotros" (Romanos 8, 31).

Y todos estos mensajes, presididos por uno en latin, fijado desde que están en lucha: "Crux Prevalet". Lo ha explicado el líder del partido ultraderechista Alianza Nacional. "No hemos podido frenar la profanación. Empieza la vindicación".