Alberto Garzón ha decidido soslayar la directriz explícita de Pablo Iglesias, que pide acallar la discursión abierta entre las diferentes familias sobre los errores cometidos antes del 26-Jpara centrarse en el proyecto de futuro. A pesar del llamamiento a la paz, el líder de IU volvió a reabrir las heridas este sábado y señaló al diseño de la campaña electoral como responsable. No citó explícitamente al director de la estrategia, Íñigo Errejón, pero tampoco hacía falta. El mensaje era lo suficientemente nítido. El problema fueron “las campañas paralelas y desconectadas unas de otros”, responsabilizó, en su intervención ante la dirección de IU que le ratificó este sábado como coordinador federal. Delante de la nueva cúpula, Garzón criticó la “asimetría” del diseño de la contienda electoral de Unidos Podemos, en un relato significativo por los motivos que lo sustentan.

En primer lugar, desoye la petición de Iglesias de poner fin al cruce de acusaciones sobre si fue la campaña diseñada por Errejón lo que falló, o fue la confluencia de Podemos con IU. Sus palabras llegan cuando Iglesias y Errejón han pedido ya a los suyos que bajen los sables que levantaron justo tras el 26-J. En segundo lugar, porque la visión que Garzón transmite a los suyos constituye una impugnación de las conclusiones del Consejo Ciudadano Estatal del partido morado, que determinó que fue un incorrecto trabajo institucional, en el Congreso, lo que desanimó al electorado. Es decir, que ni el pacto con IU, ni el diseño de campaña puedieron arreglar el entuerto de una gestión parlamentaria manifiestamente mejorable, dominada por el “no” a la investidura de Pedro Sánchez y el episodio de la cal viva.

"AGUDIZA LA TENSIÓN"

Finalmente, las palabras de Garzón son elocuentes porque, además de señalar a Errejón, admite que la crisis entre facciones está lejos de desaparecer, por más que los número uno y dos de los morados hayan firmado una tregua. El líder de IU reconoce que la alianza se construyó con “prisas”, que ha estado “desvinculada del tejido social” y que “ha agudizado las contradicciones y lastensiones propias”.

A nadie se le escapa que la relación entre Garzón y Errejón es formalmente correcta, pero carece de sintonía. Los dirigentes no comparten el mismo análisis sobre lo sucedido, ni sobre cómo ha de ser el camino a partir de ahora. El de IU viene defendiendo que la alianza con Podemos debe ser permanente y aseguró que no tendría “vuelta atrás”, siempre que los resultados del 26-J acompañasen. Tras el pinchazo electoral, Garzón no ha rectificado su posición y sigue apostando por el pacto. Errejón tenía dudas antes de sellar la coalición, la acabó aceptando y tras los comicios mantiene su escepticismo, aunque con mensajes en los que trata de nadar y guardar la ropa, a la espera del rumbo que tomen los acontecimientos en el futuro de su partido, atravesado por la Asamblea Ciudadana, prevista para inicio de 2017.