La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, ha intentado minimizar este viernes el impacto de las declaraciones que el principal acusado del caso Gürtel, Francisco Correa, está haciendo ante el juez. La número dos de Mariano Rajoy ha utilizado un argumento principal: el tiempo. "Es un proceso judicial sobre hechos que ocurrieron hace bastantes años", ha dicho en una ocasión. Y en otro momento, cuando se le ha preguntado concretamente si cree que estas acusaciones pueden dificultar la investidura de Rajoy, ha respondido que de lo que están hablando con el resto de partidos políticos es "de dar un Gobierno para el futuro y aquí [en el juicio] se habla de hechos del pasado".

"Estamos hablando de dar estabilidad, gobernabilidad y está por encima de los procesos que distintos partidos tienen abiertos en distintos tribunales en nuestro país. Hay que tomar medidas de manera consensuada contra la corrupción y defender que en España no hay impunidad", ha declarado.

Santamaría no ha querido alargarse ante las tres preguntas que se le han planteado en la rueda del Consejo de Ministros. Además del argumento del tiempo, también ha repetido que no comentará "la estrategia de defensa ni de acusación" de las personas que están siendo juzgadas y que son los jueces los que determinarán "qué credibilidad" tienen.

Se da la circunstancia de que Rajoy, en la época en la que Correa trabajó con el PP, era vicesecretario general del partido y responsable de varias campañas electorales.