El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ha asegurado este viernes que la familia de Franco se llevó a Franco del Valle de los Caídos "en medio del silencio y del vacío delante del Gobierno", representado por la ministra de Justicia en funciones, Dolores Delgado. Sánchez ha salido al paso de las críticas sobre la excesiva consideración y el aroma de homenaje que rodeó al acto este jueves. "Se hizo con respeto, pero eso no quiere decir homenajearle", advirtió en una entrevista en La Sexta.

Sobre la apertura de posibles expedientes a las personas que elogiaron al dictador, Sánchez ha anunciado que se va a estudiar por la aplicación de la Ley de Memoria Histórica. "Vamos a verlo, pero tenemos que elevar la mirada y verlo como una gran victoria de la democracia", subrayó.

Por otro lado, el Gobierno considera que comparar el nivel democrático del país con el que existía en la dictadura de Franco es un auténtico "insulto" para los españoles y para todos los que han puesto su esfuerzo en restaurarla. Así lo ha manifestado este viernes la portavoz del Consejo de Ministros, Isabel Celaá, quien ha proclamado que la exhumación de los restos de Franco efectuada este jueves supone "una gran victoria de la democracia española".

DILACIONES DE LA FAMILIA

Celaá ha asegurado que el traslado de la momia del dictador al cementerio madrileño de Mingorrubio en El Pardo representa "la culminación de un proceso alargado por la familia del dictador". "Se ha cumplido una mandato parlamentario, una sentencia judicial y un compromiso del Gobierno", ha precisado antes de anunciar que el Valle de los Caídos volverá a estar abierto al público la próxima semana.

En ese sentido, anunció el propósito del Gobierno de convertir ese lugar en "un altar dedicado al recuerdo de las víctimas del odio", aunque todavía "es pronto" para adelantar nada. "Todo cobra un nuevo sentido ahora porque queda mucho por hacer en el cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica: reparación, memoria, justicia y dignidad", indicó.