El Gobierno no enviará por ahora a Bruselas las previsiones de crecimiento para el año que viene, porque teme que tenga que rebajarlas si persiste el desafío soberanista. La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, ha dicho tras la reunión del Consejo de Ministros que "si no hubiera una pronta solución" el Ejecutivo se vería "obligado" a bajar "las previsiones de crecimiento del 2018". En principio, el Gobierno había proyectado una previsión del crecimiento del 2,6% para el año próximo.

Santamaría ha recordado los informes de algunas agencias de calificación que estos últimos días han alertado de la posibilidad de que la economía catalana entre en recesión. "El 2018 debería ser un buen año para el crecimiento y el empleo, pero los acontecimientos en Catalunya nos hacen ser más prudentes", ha destacado. La vicepresidenta ha advertido de que Carles Puigdemont y sus socios "están poniendo en riesgo la recuperación económica y la creación de empleo". Y ha citado un ejemplo: la caída "dramática" de las reservas turísticas durante estos días, que algunas fuentes sitúan en torno al 30%. La número dos de la Moncloa ha lamentado que la "factura" de la deriva soberanista la paguen "las empresas y los trabajadores" de Catalunya. "[Puigdemont y sus socios] no tienen que dividirnos ni empobrecernos, y la manera que tiene para lograrlo es aceptar la oferta sensata y moderada de la mayoría de los representantes del pueblo español", ha sostenido.

"Aún está a tiempo"

En este contexto, Santamaría ha exigido al jefe del Ejecutivo catalán que responda al requerimiento enviado el miércoles por la Moncloa, porque "aún está a tiempo" de recuperar "la normalidad institucional y recuperar la estabilidad". "El Gobierno ha planteado a Puigdemont una pregunta sencilla para terminar con un problema complejo", ha sentenciado la vicepresidenta. El 'president' debe contestar antes de lunes para aclarar si declaró la independencia.

La mano derecha de Mariano Rajoy ha instado a Puigdemont a contestar con un "sí o con un no" sobre si declaró la ruptura, y no con una copia o un texto que se base en su discurso ante el Parlament porque fue "claramente ambiguo" y en esta situación se necesita "claridad". "Simplemente tiene que decir sí o no", ha remachado.

Asimismo, ha recordado que la decisión depende exclusivamente del 'president' y no de la "CUP o la ANC", entidades que están presionando al jefe del Ejecutivo catalán para que conteste afirmativamente al requerimiento y levante la suspensión en la que dejó la eventual declaración unilateral de independencia (DUI). "Está en su mano evitar actuaciones posteriores y tiene un margen amplio para evitarlo", ha señalado.

El artículo 155

Sáenz de Santamaría se ha negado a detallar qué medidas, al albur del artículo 155, pondrá en marcha el Ejecutivo si Puigdemont persiste en la ruptura y pasado el plazo de ocho días no "vuelve al orden constitucional".

Eso sí, ha tendido la mano, en varias ocasiones, al jefe del Ejecutivo catalán a que participe en la comisión creada en el Congreso para modernizar el modelo territorial. Y en cuanto a la posible reforma de la Constitución, a la que se han comprometido Rajoy y el PSOE, ha apuntado que "nada es inmutable y de todo se puede hablar", si bien los cambios en la Carta Magna deberían perseguir el "bienestar" del conjunto de la población española.

En este contexto, la vicepresidenta ha culpado a la Generalitat de estar creando las condiciones para sumir a Catalunya en una "aguda desaceleración" económica que, a su juicio, sufren los "ciudadanos y las empresas" catalanas.

Santamaría ha ofrecido la rueda de prensa en sustitución del ministro portavoz, Íñigo Méndez de Vigo, porque este ha tenido "problemas familiares" que atender.